Pepe, como lo llaman, fue guerrillero tupamaro (estuvo más de una década preso) y ahora es uno de los posibles candidatos a presidente por su partido. Antes de su cargo actual fue ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de Uruguay. Por eso, Perfil aprovechó su visita para preguntarle sobre el conflicto argentino entre el campo y el gobierno.
—¿Usted hubiese aplicado retenciones a las exportaciones del campo en Uruguay?
—No, porque nosotros ya tuvimos problemas con esas medidas hace cuarenta años, cuando se quisieron implementar pero no se superó la resistencia de los productores. No hay nada nuevo bajo el sol. Para nosotros tampoco era un recurso recomendable por la apertura cambiaria que tenemos. Porque lo que acá no dicen, es que la Argentina tiene un dólar caro, nosotros tenemos un 30% de retraso con respecto a ustedes. Entonces, se puede sacar de un lado con retenciones, pero si después hay una moneda subvaluada, no se soluciona nada.
—Cuando supo que se iban a aplicar retenciones en Argentina, ¿imaginó este desenlace?
—No, nunca imaginé que iba a ser para tanto. Pero cuando usted le mete la mano en el bolsillo a alguien, siempre patalea. Nadie quiere pagar la cena. Todos estamos a favor de la equidad y la solidaridad, mientras no nos toquen el bolsillo.
—Existen otras razones que revelan por qué Argentina está paralizada desde hace cuatro meses, precisamente, cuando todo el mundo la señala como un actor clave para dar respuestas a la crisis internacional de alimentos. ¿Cómo lo puede explicar?
——Es que no hay explicación. Hay que buscar en el campo de la psicología la causa que puede dar una justificación a lo que pasa acá, no hay respuestas en la lógica común. Pero no me corresponde a mí explicarlo, son ustedes los que deben bucear en su propia historia para encontrar las razones de este comportamiento sociopolítico. Y tienen que hacer algo, porque éste es un país bárbaro, y lo están desaprovechando. Es brutal lo que están haciendo. Están despilfarrando la Argentina y tuvieron esta pelea porque son ricos. Esa es la única explicación. La soja vale más de 500 dólares la tonelada, si tuviera el precio histórico promedio, que era menos de 250 dólares, y si lo mismo pasara con el maíz o con el trigo, ustedes estarían más pobres pero no tendrían tantos conflictos. Veo que se flagelan de esta manera, y me duele mucho, porque no puedo comprenderlos. Yo los quiero a los argentinos, pero me cuesta entenderlos.
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