A solo 5 días de asumir la presidencia de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner anunció que se construiría una usina eléctrica a carbón entre las localidades de Río Turbio y 28 de noviembre. En 2008, los periodistas Marcelo López Masía y Cristian Solís produjeron para Perfil.com una serie de videos que denunciaban las irregularidades de la obra a cargo de la empresa Isolux Corsan, que fue aumentando su precio constantemente hasta duplicar las cifras inciales. Por esa causa está detenido Julio De Vido, ex ministro de Planificación.
"De 350 millones de dólares pasamos al 6 de diciembre del año 2006 con un anuncio de parte del ministro De Vido por 1506 millones de pesos, es decir 500 millones de dólares y finalmente habla de 2100 millones de pesos con lo cual estamos en presencia de 700 millones de dólares, el doble de lo que se planteó originalmente para la construcción de la usina de 240 megavatios. Estamos en condiciones de afirmar, en función de las variaciones de los costos. Estamos en presencia de un gran negociado que se monta sobre la expectativa, sobre la tragedia, sobre el dolor que trajo el 14 de junio de 2004", decía Luis Gonzalez, dirigente de ATE Rio Turbio.
En ese momento se denunciaba el desconocimiento sobre el destino del los monumentales deshechos producidos. Los expertos consideraban a este emprendimiento totalmente obsoleto por el tipo de energía a aplicar y sus efectos nocivos. "A pesar de todos los reparos apuntados, el proyecto sigue adelante", sentenciaba el video.
En ese entonces, Juan Carlos de Goycoechea era el titular y el viernes pasado se convirtió en el primer arrepentido en la trama de los cuadernos que denuncian la corrupción en el kirchnerismo.
Cuando la presidenta Cristina Fernández estuvo en la zona en 2011 en plena campaña electoral dijo "Estamos en la obra más importante de la que se tenga memoria en generación de energía de carbón en la República Argentina. Pero no estamos haciendo esta obra porque es una obra pública, sino porque el país que él también soñó (por Néstor Kirchner) cada vez nos demanda más y más energía".
Por su parte, De Goycoechea se mostró satisfecho: "Estamos muy conformes con el nivel de avance y el grado de ejecución. Lo entendemos como un espaldarazo a la obra y a su ejecución realmente muy grande. Tenemos 500 personas trabajando en obra aún en plena veda para no frenar la ejecución", dijo.