El escándalo por el veto de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la llamada Ley de Glaciares podría terminar con la gestión de la secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, Romina Picolotti.
La funcionaria habría estado al borde de dimitir al enterarse de que la primera mandataria había vetado una norma que ya había sido aprobada por unanimidad en el Congreso. Picolotti llamó al ex jefe de gabinete, Alberto Fernández, con la firme intención de renunciar, pero su mentor político la convenció de quedarse, informó el diario Crítica de la Argentina.
Como sucede con todo integrante del Gobierno que cae en desgracia, Picolotti y la Presidenta no se dirigen más la palabra. El actual jefe de gabinete, Sergio Massa, tuvo que avisarle que debía crear un foro con los gobernadores de las provincias cordilleranas para redactar una nueva ley, según el matutino.
La primera reunión tendrá lugar en el despacho de Picolotti el 1 de diciembre. Mientras tanto, gracias al decreto 1837/08 de Cristina, los glaciares quedaron sin un marco legal que los proteja, en favor del negocio de la minería.
En San Juan, por ejemplo, existen 180 emprendimientos mineros, de los cuales el 90% está en zona de glaciares. Uno de ellos es el yacimiento a cielo abierto Pascual Lama, operado por la multinacional Barrick Gold en la frontera con Chile, un negocio que se lleva 2500 millones de dólares, afirmó Crítica.
Tras la renuncia de Alberto Fernández, la permanencia de Picolotti en el Gobierno dependía de su buena relación con Cristina, hasta que el affaire de la ley de glaciares la dejó sin sustento y sufriendo los reproches kircheristas.
A la secretaria le recriminan no haber consultado el proyecto con el secretario de Minería, Jorge Mayoral, un funcionario con el que tenía mala relación. Mayoral posee acciones de empresas mineras y, según el matutino, oficia de "puente" entre el gobernador sanjuanino José Luis Gioja y el ministro de Planificación Federal Julio De Vido.