El fiscal de la Unidad de Investigación Especial sobre el atentado a la AMIA, Alberto Nisman, presentó esta tarde al juez Rodolfo Canicoba Corral un expediente con 800 fojas de pruebas que dictaminan que el atentado a la mutual judía fue obra del grupo guerrillero Hezbollá y que tuvo vínculos con el gobierno de Irán.
Además, exigió al juez que ordene las capturas internacionales del ex presidente de Irán, Ali Akbar Rafsanjani –que presidió ese país entre 1989 y 1997–, y de su ex ministro de Información y Seguridad, Ali Fallahijana, más otros seis ex funcionarios y diplomáticos de esa República islámica.
Nisman consideró que los dos ex funcionarios fueron los máximos responsables de que se produjera el atentado a la sede de la AMIA en Buenos Aires: “Hemos acreditado que la decisión de atentar contra la AMIA fue tomada en 1993 por las más altas autoridades del entonces gobierno de Irán, que le encomendaron el atentado a la organización chiíta libanesa Hezbollá”, sostuvo el funcionario judicial en una conferencia de prensa realizada pasado este mediodía en la sede de la Fiscalía.
El abogado dio por probado que la decisión de volar la AMIA se tomó el 13 de agosto de 1993 en una reunión a la que fueron convocados gran parte de los ex funcionarios iraníes a los que hoy pidió la captura internacional. Y ratificó que el grupo que cometió el atentado llegó a la Argentina por el aeropuerto internacional de Ezeiza el 1 de julio de 1994 y se fue por el Aeroparque metropolitano el mismo 18 de julio una hora antes de la voladura de la AMIA, ocurrida a las 9.53.
Además, junto a su par Marcelo Martínez Burgos, Nisman consideró que la interrupción unilateral por parte de Argentina de convenios nucleares firmados con Irán durante el gobierno del ex presidente Carlos Menem, fue el principal motivo para que se eligiera a Buenos Aires como blanco para un atentado.
En el dictamen al juez Rodolfo Canicoba Corral –que encomendó hace 17 meses la tarea a la UFI–, los fiscales dieron por acreditado que el ataque “se contextualiza como un hecho de terrorismo internacional”. El ataque a la AMIA repitió “una misma metodología de acción y tuvo patrones idénticos” a otros atentados perpetrados en Alemania, Francia y Suiza, dijo Nisman. Además, el abogado señaló que, a partir de 1980, la embajada de Irán en Buenos Aires “se fue convirtiendo de a poco en una verdadera estación de inteligencia”.
También dijo que poco antes del ataque se detectaron “giros inusuales de dinero” a cuentas a nombre del entonces agregado cultural iraní Mohsen Rabbani, quien fue “el encargado de la faz logística” en Buenos Aires, y sobre quien vuelve a pesar un pedido captura.
El informe presentado pasado este mediodía amplía el anuncio hecho en noviembre del año pasado, referido a la identificación del conductor suicida que manejó la camioneta Trafic impactada contra Pasteur 633 y que causó 85 muertes, informó la agencia de noticias Télam. Los fiscales entregaron su trabajo al juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien deberá diligenciar las medidas de prueba, pedidos de captura y otros trámites que le pedirán ambos representantes del Ministerio Público.
Las conclusiones de Nisman y Martínez Burgos se basarían en confirmar la autoría material del ataque por parte del grupo Hezbollah con apoyo de Irán, algo que siempre fue desmentido tanto por esa agrupación libanesa como por ese país, según un despacho de Télam. En noviembre del año pasado, los fiscales anunciaron la identificación del suicida como un joven libanés llamado Ibrahim Hussein Berro, en base a pruebas recolectadas en ese país y testimonios obtenidos de un hermano que vive en Estados Unidos.
Desde hace varios años, la Justicia argentina mantiene en pie órdenes de captura internacional para once diplomáticos iraníes que fueron ratificadas por el juez Canicoba Corral cuando se hizo cargo de la causa. Estos pedidos llegaron a ser cuestionados en Interpol por supuesta falta de pruebas y el ex juez Juan José Galeano dejó la medida sin efecto, por eso se esperaba con tanta ansiedad la gran cantidad de pruebas aportadas hoy por la fiscalía con evidencias concretas que las avalen.
El dictamen de hoy ratifica la teoría según la cual la sede de la AMIA fue volada por un coche-bomba cargado con entre 300 y 400 kilos de explosivos y conducido por el ciudadano libanés Ibrahim Hussein Berro, muerto en el ataque. La versión había sido negada en abril de 2005 ante una fiscalía en los Estados Unidos por dos hermanos del supuesto suicida que aseguraron que Berro murió en combate el 9 de septiembre de 1994 en el Líbano.
