Barras divididas, clubes de ascenso, internas políticas y menos de noventa días para el comienzo del Mundial: una combinación explosiva. Teniendo como última entrega los enfrentamientos entre dos facciones de la hinchada de Quilmes, comienza a percibirse con preocupación una escalada de violencia en los clubes más chicos: necesitan financiar su llegada a la copa del mundo y, literalmente, luchan por afianzar su control territorial.
La barra de Quilmes ha estado históricamente dividida, sobre todo después de que Ramiro Bustamante le arrebatara el poder a la familia Becerra. La semana pasada este municipio fue escenario de dos enfrentamientos: uno la noche del lunes, antes del comienzo del partido entre Quilmes y All Boys, cuando ambos sectores se trenzaron a palazos y puñaladas. Otro la madrugada del martes, cuando gente del sector de Becerra baleó la casa del número dos de la barra oficial.
“El motivo principal de la disputa es el manejo de los puestos de la venta ambulante en las estaciones, el negocio de la venta de comida callejera, que en la ciudad de Quilmes funciona a destajo”, cuenta a PERFIL Fernando Pérez, diputado provincial de la UCR y concejal de Quilmes hasta el año pasado. Ambas facciones tienen sus puestos repartidos por todo el municipio. Según Juan Manuel Lugones, del movimiento Fútbol en Paz, “la pelea fundamental de la barra es el control del menudeo de la droga en las villas de Quilmes”, señala.
“Las disputas son por manejar territorios y esto debe tener algún rédito político en el sistema de punterismo político. De lo contrario, no se explica el nivel de violencia de clubes del Ascenso que no manejan tanto dinero como los de la Primera: el barra termina controlando un territorio que va más allá de la cancha y seguramente reporta a alguien que le ofrece favores a cambio de impunidad”, dice a PERFIL Florencia Arietto, ex jefa de Seguridad de Independiente.
Según Pérez, “el Mundial acelera las disputas porque es cuando los hinchas se desesperan por financiar la llegada con su grupo, esta vez a Brasil”. En estos días, barras de Hinchadas Unidas se están moviendo para garantizarse su lugar y, según se dice en medios políticos, reclamarían fondos a fuerzas políticas oficialistas y opositoras.
Durante la semana, el intendente de Quilmes, Francisco “Barba” Gutiérrez, y el senador nacional y presidente del club, Aníbal Fernández, cruzaron acusaciones sobre sus vínculos con la barra. Los dos negaron tener relación, aunque la política entró de manera expresa a la cancha: en varias ocasiones se vio la bandera de la agrupación Jauretche en las tribunas del Cervecero.