La especulación antes de que Mauricio Macri hablara frente al Congreso de la Nación era saber si iba a dedicar buena parte de su discurso a la "pesada herencia" como en 2016 o iba a apostar a remarcar logros y proyecciones de su gestión.
Con una campaña que ya empezó, el Presidente volvió a polarizar con el kirchnerismo con un duro tono en sus frases. Dentro del recinto escuchaban los legisladores aplaudiendo o abucheando como en una tribuna de fútbol. La imagen fue clara. En 2017 la grieta está más viva que nunca y es la antesala de lo que será la elección de octubre
Con una campaña que ya empezó, el Presidente volvió a polarizar con el kirchnerismo con un duro tono en sus frases. Dentro del recinto escuchaban los legisladores aplaudiendo o abucheando como en una tribuna de fútbol. La imagen fue clara. En 2017 la grieta está más viva que nunca y es la antesala de lo que será la elección de octubre
La necesidad de polarizar y remarcarle al votante que en la vereda de en frente solo está la letra K fue notándose con el correr de los 60 minutos que duró el discurso presidencial. Y se observó también en los gestos, las miradas de enojo y el elevado tono de voz que eligió el mandatario. Los textuales no dejan lugar a las dudas y aquí los ejemplos:
"Son muchos los que ponen palos en la rueda". Al decir esto a los pocos minutos de comenzado su discurso, miró hacia su izquierda. No fue casual. Allí escuchaba el bloque de Diputados del Frente Para la Victoria (FPV).
"Necesitamos menos relato y más verdad". La referencia al famoso "relato" de la década kirchnerista también fue ni bien comenzó el discurso. Cosechó los primeros aplausos del interbloque Cambiemos. Y los primeros abucheos.
"Hablar con la verdad es comunicar las cifras, las reales (...) el INDEC que después de muchos años podemos volver a confiar". De esta manera Macri volvió a referirse a la intervención que realizó el kirchnerismo al organismo que se encarga de ofrecer las cifras económicas y sociales de la Argentina.
"Una buena iniciativa como Tecnópolis, había sido utilizada con fines partidarios". El presidente contó los progresos que hizo su gestión con la feria que estrenó la expresidenta. Pero recordó que la anterior gestión le dio una supuesta impronta partidaria.
"Después de una década de despilfarro y corrupción, empezamos a normalizar el sistema energético". En ese momento ya se observaba a un Macri duro en los términos y al borde del grito. Se lo notó fastidiado con las chicanas de algunos diputados de la oposición. Tampoco fue casual la referencia en un año donde hubo una fuerte suba de impuestos a los consumidores.
"Detrás de la corrupción hay millones de argentinos sin cloacas, rutas destrozadas, y tragedias que se pudieron haber evitado como la de Once". Esa fue, quizás, una de las frases más fuertes que el Presidente le dedicó al kirchnerismo. Les recordó la tragedia donde murieron 51 personas. Y no dejó dudas de su visión sobre los motivos del accidente: la corrupción estatal en materia de Transporte.
"¡No nos demos por vencidos, ratifiquemos nuestra convicción por el cambio, no escuchemos las voces de aquellos que nos quieren desanimar, que nunca quisieron el cambio, y que ni siquiera hacen autocrítica de lo que han hecho en el pasado." Macri cerraba su discurso y ya sin leer el texto preparado, pidió directamente que no se escuche a los kirchneristas que gestionaron el país durante la última década.
Siete referencias concretas. El Presidente sabe más que nadie que Cambiemos debe ganar las elecciones para reafirmar su poder. La estrategia quedó demostrada hoy. Polarización al máximo y una grieta cada vez más grande. De esa forma abrió las sesiones ordinarias del Congreso. Pero no solo eso. También dio el disparo de largada hacia octubre. Una carrera que será muy similar a la de 2015. La política insiste: De un lado o del otro. No es tiempo para grises.