De regreso en el gran escenario mundial después de seis años de ausencia, Turquía arribará a la Eurocopa de 2008 con un grupo de jugadores talentosos que esperan hacerse un nombre por sí mismos y despojarse del lastre del pasado.
Aquéllos jugadores que lograron la hazaña de quedar terceros en el Mundial de Corea y Japón ya son historia y Fatih Terim, el gran entrenador turco de los últimos 20 años, sabe que la nueva generación tiene sobre sus hombros la responsabilidad de soportar la ilusión siempre apasionado de su gente.
"Nuestros jugadores soportan una gran carga, algo difícil de hacerlo a una edad tan joven", analizó Terim.
El peso de la responsabilidad se multiplica por no haber podido jugar el Mundial de Alemania, posibilidad perdida en Estambul frente a Suiza, en el partido que siempre será recordado por los bochornosos incidentes protagonizados por los jugadores y las fuerzas de seguridad locales.
Pese a la bisoñez y las presiones, Terim espera que deportivamente todo sea diferente esta vez: "Debemos dejar huella en la Eurocopa y creemos que tenemos la habilidad necesaria para hacerlo".
El seleccionador no sólo es famoso por sus logros con el equipo nacional y con el Galatasaray -dirigió al Milan y a la Fiorentina también-, sino por su caracter duro y altamente exigente. Que se cumplan sus premisas es clave para la supervivencia del equipo en un grupo que lo empareja con Portugal, Suiza y República Checa.
"Cuando jugamos con los suficientes hombres detrás del balón, cometemos pocos errores. Pero cuando nos abrimos, sufrimos errores significativos. Para mí, ningún jugador a excepción del arquero debe dejar alguna parte del campo sin transitar", asegura.
Terim no quiere que nadie se relaje y comentó a sus dirigidos que el once puede sufrir modificaciones en cualquier momento.
En la valla, tanto Volkan Demirel como el veterano Rüstü Reçber tienen sus opciones, aunque la actuación del primero en la Liga de Campeones con el Fenerbahçe, con el que llegó hasta los cuartos de final, puede inclinar la balanza a su favor.
Rüstü no es el único sobreviviente del milagro de 2002. Ahí están también el centrocampista del Newcastle Emre Belözoglu o el letal delantero del Villarreal Nihat Kahveci, que se presenta como la punta de lanza del equipo, bien acompañado por Tuncay Sanli desde el medio.
Sea cual fuere el once que salte a la cancha para debutar frente a Portugal, la decisión del técnico será poco cuestionada. Terim es un héroe en su país tras haber conseguido la primera clasificación de la historia a una Eurocopa -Inglaterra '96- y lograr la Copa UEFA con el Galatasaray en 2000.
Su regreso al equipo nacional en 2005 estuvo acompañado de una gran fanfarria, acorde a su mote: "El Emperador". Tras fallar en su intento mundialista, se siente preparado para liberar a sus chicos, transformar la presión en motivación y devolver a Turquía la gloria de hace seis años.