Alberto Salvador López (55), más conocido como el Negro López, solía ufanarse de ser "operador de Néstor". Tenía con qué. En los comienzos de la era kirchnerista, cuando el santacruceño llegó al gobierno nacional, López tenía una oficina en la Casa Rosada. Así lo admitieron tanto en el entorno de López como un funcionario K y un ex funcionario del gobierno de Cristina Kirchner.
La oficina de la que disfrutaba para hacer “negocios” la consiguió gracias a su estrecho vínculo con el entonces secretario privado del Presidente, Valerio Martínez. Este santacruceño era entonces el funcionario más cercano a Néstor Kirchner, su secretario privado y asistente desde sus tiempos como gobernador en la provincia patagónica. Néstor debió echarlo en 2004 cuando fue denunciado por tráfico de influencias.
Antes, se había dedicado a la fabricación de facturas falsas, según fuentes judiciales. El Negro López hizo fortuna gracias a sus negocios con el Estado, vendiendo medicamentos a través de droguerías como Prefarm. Hasta que corrió la misma suerte que Sebastián Forza. Ambos estaban vinculados al Hospital Francés y a las obras sociales.
Cuando la actual diputada Graciela Ocaña llegó al PAMI y quedó a cargo del Francés, suspendió todos los pagos sospechosos a proveedores. Entre ellos, a López y Forza. Ambos empresarios buscaron una vía paralela para hacer dinero fácil y rápido: la efedrina.
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