El año nuevo no les da tregua al sindicalista Juan José Zanola y su mujer Paula Aballay, detenidos en el marco de la causa por la mafia de los medicamentos.
El gremialista, que supo mudarse de una pensión de Liniers a la secretaría general del estratégico gremio de La Bancaria, ahora reduce su rutina en la cárcel de Ezeiza a recibir a un numeroso grupo de abogados que lo visita casi diariamente.
La principal preocupación de Zanola, además de lograr su absolución en la causa que instruye el juez federal Norberto Oyarbide en el marco de la mafia de los medicamentos, es la carencia de agua caliente. Allegados al gremialista contaron a PERFIL que el dirigente, de 75 años, no tiene acceso a agua caliente para bañarse, que está nervioso y teme por su vida. La defensa de Zanola pidió su prisión domiciliaria, negada por Oyarbide en reiteradas ocasiones. Antes de la Navidad, la Cámara Federal confirmó la decisión del magistrado e impidió la salida del dirigente.
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