Que todos los chicos tengan sus guardapolvos, útiles, funcionamiento de comedores y otorgamiento de becas, aunque parezca discusión de alguna pequeña nación olvidada en el mapa, fue parte del debate del director General de Educación bonaerense, Mario Oporto, con los principales sindicatos docentes el viernes último.
Es que precisamente por la transferencia de escuelas en los '90, cada jurisdicción se hizo cargo de sus docentes, alumnos y establecimientos educativos y la provincia de Buenos Aires tiene que responder anualmente por sus 4.000.000 de alumnos y 270 mil docentes.
Basta con que no estén otorgados los valores de las raciones para los comedores escolares ni la vestimenta y útiles que dependen del ministerio de Desarrollo Social o no se concreten obras de infraestructura y tendido de agua y gas en el ámbito educativo o se carezcan de acuerdos en el nuevo piso salarial docente en el país, habrán condiciones objetivas para que peligren las clases.
La preocupación de los funcionarios nacionales, según pudo saberse en la cartera que conduceJuan Carlos Tedesco, es que de una vez por todas se cumpla con la ley de los 180 días, que impulsó el actual subsecretario de Planeamiento Osvaldo Devries, y que sumado a ello se garantice calidad en lo que se enseña.
Para ello, a excepción de Catamarca, Río Negro y La Pampa que tendrán otros inicios, Tedesco pidió que arranque el año escolar el 3 de marzo próximo, en todo el país. Los docentes, por su parte, que responsabilizan a los gobiernos provinciales de llevarlos a las huelgas -que afectaron fuertemente a miles de chicos de varias jurisdicciones-, pusieron sus expectativas en la primera paritaria nacional que tendrá nuestro país, en la tercera semana de enero próximo.
Allí se sentarán los docentes de CTERA, los técnicos de AMET, y los maestros y profesores de CEA (que contiene a la numerosa Federación de Educadores Bonaerenses) y UDA. Según fuentes sindicales, el pedido salarial girará en torno de elevar el actual sueldo inicial de 1.040 a 1.200 pesos a nivel nacional, con la flexibilización para las provincias de ir limpiando las sumas o ítems que abonan "en negro" para así elevar el haber básico. La secretaria general de CTERA, Stella Maldonado, en un delicado equilibro entre la apertura a la negociación y la firmeza sindical, afirmó días pasados que "están dadas las condiciones objetivas e institucionales para acordar un normal inicio del ciclo lectivo 2008".
A diferencia de otros recesos de verano, el influyente sindicato que conduce Maldonado no profirió amenazas directas a los funcionarios, pero dejó entreabierta la posibilidad de "si no se concretan los acuerdos antes de marzo nos reuniremos para decidir".
Más allá del interés puntual del gobierno de arrancar el ciclo 2008 en paz y de los sindicatos del magisterio de mejorar sus haberes, quedará un extenso menú para debatir durante el largo año en lo laboral docente y en lo pedagógico. En ese sentido el titular de la Unión Docentes Argentinos (UDA) de la provincia de Buenos Aires, Alfredo Conde, manifestó su preocupación por la "falta de controles psicofísicos, en algunas jurisdicciones para el ingreso a la carrera docente" y además por las crecientes enfermedades que afectan a los maestros, en lo físico y lo psíquico. El clima de trabajo, es decir las condiciones en que se desenvuelve el proceso enseñanza-aprendizaje, también hace lo propio, y será seguramente objeto de debate.