Santiago Caputo, el asesor todoterreno de la gestión libertaria, y Karina Milei, la influyente secretaria general de la Presidencia, mantuvieron al menos dos conversaciones en las últimas 48 horas. Fueron charlas dedicadas a la negociación del nuevo reparto de poder dentro de un gabinete convulsionado. Y que tiene a Javier Milei dilatando decisiones finales para no confrontar con su hermana. Aunque el Presidente ya dejó trascender que quiere que Caputo tenga un rol formal en su elenco.
Pese a discrepancias y reproches mutuos, entre la hermana del Presidente y el asesor nunca escaseó el diálogo. Menos en las últimas horas. Según reconstruyó PERFIL, ambos mantuvieron las conversaciones entre viernes y ayer, producto de las modificaciones que sacudieron al oficialismo, que tuvo la salida de Guillermo Francos de la Jefatura de Gabinete, la renuncia de Lisandro Catalán del Ministerio del Interior y el arribo de un karinista de paladar negro como Manuel Adorni como ministro coordinador. El legislador porteño electo adelantó que la etapa del Gobierno que se aproxima tendrá un carácter “federal” bajo la búsqueda de “consensos”.
Dicha etapa todavía tiene agujeros y casilleros incompletos en el organigrama ministerial. Un producto de charlas sin saldo entre Karina y Caputo. Los contrastes están basados en qué rol y qué grado de influencia tendrá el sobrino del titular de Hacienda si finalmente se calza el traje de ministro. La chance de que tome el lugar de Catalán sigue firme. Pero es un puesto que para el asesor contaría con un bonus track como trascendió: el control de áreas como transporte y obras públicas, que hoy están bajo la órbita de Economía, y empresas públicas que dependen de la Jefatura de Gabinete. Es decir, mayor poder y cajas.
Según pudo reconstruir PERFIL, a diferencia de otros momentos de discusiones de recambio ministerial, en esta ocasión el jefe de Estado ya soltó que pretende que su asesor tenga un grado mayor de autoridad siendo el jefe de una cartera. Y Caputo está dispuesto a aceptar si el Presidente se lo pide.
El problema es que el economista, fiel a su estilo en esta clase de disyuntivas, aún no tomó una determinación. ¿El motivo? Lo último que pretende es chocar con las intenciones de su hermana, quien habría soltado en una reunión de mesa chica sus ganas de que no sea Caputo quien ingrese al gabinete y sí Eduardo “Lule” Menem. El subsecretario de la Secretaría General de la Presidencia, un hombre de extrema confianza para Karina, es su candidato para tomar Interior y encargarse de tejer relaciones con distintos actores, como los gobernadores.
Por lo pronto, las negociaciones están abiertas y hasta que no se ensaye una tregua entre los vértices del triángulo de hierro y Milei no avance con resoluciones, todo quedará en el actual estado. Bajo este contexto, hay funcionarios que están de acuerdo con que finalmente Caputo tenga firma y le coloque la cara a decisiones sensibles de la administración de LLA.
Antes de despedirse del cargo, Francos dijo que “los que manejan se deben hacer cargo”. El concepto es compartido por otros miembros de la gestión. Sandra Pettovello, la jefa de Capital Humano, por ejemplo, siempre cuestionó que Caputo planifique acciones, sean los ministros los ejecutores y terminen pagando consecuencias, muchas veces con denuncias de índole penal. Francos lo sabe muy bien al demorar la promulgación de la Ley de Emergencia en Discapacidad y ser acusado en Comodoro Py por “abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público” por los diputados Esteban Paulón y Mónica Fein.