Si bien lo viene denunciando públicamente hace varios meses, ahora el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti recurrirá a la Corte Suprema para que la Justicia intime a la Nación a que se le efectivicen los fondos que la Nación retiene a su provincia, que ascienden a más de $ 1200 millones. Según se informó, mañana se haría la presentación formal.
Schiaretti fue oficialista durante los primeros años de gestión K. La reprimenda económica comenzó durante el enfrentamiento con el campo del año pasado, cuando el Gobernador tomó partido por los sectores rurales. El envío de partidas fue completamente interrumpido luego de la estrategia electoral de Schiaretti: optó dejar afuera de las listas del justicialismo -que lidera la coalición Unión Por Córdoba- a representantes de matrimonio presidencial.
Por repetirse el castigo, el gobernador cordobés acudirá mañana a la Corte y demandará el pago de $ 1220 millones a la Caja de Jubilaciones de Córdoba. También reclama las cuotas de abril y mayo del Programa de Asistencia Financiera.
Tiempo atrás, Cristina Kirchner firmó a favor de Córdoba una refinanciación de $600 millones de su deuda pública, que vencía en 2009, con pagos mensuales de 60 millones de pesos. Ya se han acumulado 120 millones de pesos.
"La demanda incluirá, en primera medida, los 533 millones de pesos oportunamente auditados y reconocidos por la ANSES, los que deberían haber sido abonados por el Estados Nacional fuera de cualquier discusión", señaló el gobernador. Indicó además que la demanda será también "por los restantes 667 millones de pesos que nunca mostró voluntad de compatibilizar con la provincia de Córdoba".
Schiaretti reiteró que la demora en el pago de estos fondos significa un "acto de discriminación incomprensible", ya que la Nación lo ha abonado "a todas las provincias menos a Córdoba". "Los cordobeses defenderemos lo que es nuestro, con dignidad y sin arrodillarse ante nadie", concluyó el mandatario.
No le creen. La oposición sostiene que el distanciamiento de Schiaretti respecto a los Kirchner es sólo una estrategia electoral, ya que la imagen presidencial está devaluada en Córdoba. A tal punto que ni siquiera los candidatos del Frente para la Victoria mencionan a Cristina y Néstor Kirchner en sus avisos de campaña.