Los resultados de las primarias, que fueron cargados a un ritmo vergonzosamente lento, dejan un escenario abierto para las elecciones de octubre. Daniel Scioli logró una clara victoria pero sin alejar totalmente la posibilidad de una eventual segunda vuelta, que aparece como el escenario menos favorable para el candidato oficialista.
De acá a octubre, Scioli necesitará capturar los votos que le permiten clausurar la posibilidad de un ballotage.
Ahora, en los dos meses que quedan hasta las elecciones, vendrá el turno de los discursos moderados, abarcadores, más enfocados a los independientes que a la tropa propia.
Por ello, Mauricio Macri se preocupó anoche por aludir a “Cambiemos” y ev itar menciones del PRO, ya que la performance del frente fue buena pero la distancia individual como candidato en relación con Scioli fue amplia. La necesidad ahora de Macri es seducir a los votantes de otros partidos, aquellos que prefirieron a sus adversarios internos: Ernesto Sanz y Elisa Carrió, como también a quienes se volcaron hacia otras fuerzas opositoras.
Sergio Massa, que había sufrido una fuerte sangría de dirigentes, logró consolidarse como tercera fuerza, un verdadero logro para una estructura sin partidos tradicionales. Fue el primero en sugerir, esta madrugada, un acuerdo opositor que facilite la polarización necesaria para garantizar la segunda vuelta.
Para que no haya ballotage, el ganador de la próxima elección debe superar el 45% de los votos o llegar al 40% con una distancia superior a los 10 puntos sobre su inmediato competidor.
Los resultados de la elección muestran a Scioli muy cerca de la barrera del 40%, pero necesita también que Macri mantenga su caudal de votos limitado a lo logrado por Cambiemos. De nada le sirve saltar el 40% si el líder del PRO se le acerca a menos de 10 puntos.
En una eventual segunda vuelta, la aritmética y las encuestas favorecen a Mauricio Macri: entre Cambiemos, UNA y el frente de Margarita Stolbizer, el voto opositor supera el 50%. Pero existen fuertes matices entre unos y otros. Y Scioli también puede cosechar en
Ahí reside la carrera central de las elecciones de octubre. Llegar o no llegar al ballotage. Es la pulseada central que librarán Scioli y Macri en las próximas semanas.