La relación entre el kirchnerismo y el gobernador bonaerense Daniel Scioli no atraviesa su mejor momento: en pocas horas, compartirá un acto con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, después de que la mandataria retara al ex motonauta por reclamar el envío de fondos de la Nación a la provincia que administra. Pero más acertado sería decir que la relación entre el oficialismo y el sciolismo nunca fue buena: desde 2003, el vínculo estuvo atravesado por enfrentamientos, internas, "retos" y "congelamientos".
Scioli nunca fue del agrado del entonces matrimonio presidencial, en particular por su pasado menemista. Néstor Kirchner lo "heredó" como vice en el acuerdo con Eduardo Duhalde que llevó al político santacruceño a la presidencia. Pero pronto lo "congeló": borró a sus hombres de la Secretaría de Turismo, le quitó una secretaría presidencial y lo dejó relegado a la función de presidir el Senado.
Scioli se mantuvo en esa posición hasta 2007, cuando el kirchnerismo lo postuló, reticente, para gobernador de Buenos Aires: Felipe Solá no podía ser reelecto y no había otro candidato que "midiera" tan bien como él. El motonauta arrasó y hasta sacó un mayor porcentaje que Cristina Kirchner como presidenta.
El gobernador se mantuvo alineado al kirchnerismo durante el conflicto con el campo de 2008, incluso contra su propio electorado. Al año siguiente, encabezó las listas testimoniales en las elecciones legislativas detrás de Néstor Kirchner, derrotado por Francisco De Narváez.
Aún así, el kirchnerismo lo siguió calificando de "tibio", mientras lo criticaba por su política de seguridad: en 2010, Scioli confesó al marido de Carolína Píparo (quien perdió su embarazo en un asalto) que tenía "las manos atadas" por el tema. La frase llegó a la prensa e hizo estallar a Néstor Kirchner: "No tenga miedo y diga quién le tiene las manos atadas", desafió en un acto.
Pronto hubo reconciliación, pero lo que empezó a preocupar al kirchnerismo por esa época eran las aspiraciones presidenciales del gobernador, que comenzó a dejarse ver en público con enemigos del oficialismo como Duhalde y Macri. Además, por entonces Scioli "medía" mejor que Néstor y Cristina.
Con la muerte de Néstor Kirchner, el gobernador asumió la conducción del PJ. Pero, al mismo tiempo, se redujeron sus chances de candidatearse a la presidencia por el increíble crecimiento de la imagen de Cristina. Scioli tuvo que ir por la reelección, y encima debió soportar que la jefa de Estado le impusiera a Gabriel Mariotto como candidato a vice.
Desde entonces, Scioli se vio acosado por el kirchnerismo en tres frentes. Por un lado, las críticas permanentes de su propio vicegobernador. Por otro, las avanzadas de la juventud kirchnerista de La Cámpora, ahora enfrentada con "La Juan Domingo" sciolista.
Y el último son las mismas críticas de la presidenta, que pretende volver a congelar al gobernador y sus aspiraciones. Scioli reclamó que debía recibir $2.800 millones para pagar los sueldos estatales y sólo le dieron $1.000 millones. "Hay provincias que no solicitan al gobierno ni un solo peso", replicó Cristina.