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Se estima que por el paro granario caerá la actividad y se recaudarán $ 850 millones menos

Mientras merma en el ritmo de crecimiento de la economía, baja la recaudación y se deterioran los cultivos. La pérdida de mercados por incumplimiento de contratos.

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| Cedoc

Cuando el jueves próximo se cumplan los ocho días del nuevo paro del campo, el Gobierno habrá dejado de recaudar unos $ 850 millones y, de persistir la incertidumbre, la incipiente salida de capitales que se viene produciendo desde hace dos semanas alcanzaría los US$ 500 millones.

En cambio, si la medida de fuerza se extendiera durante todo mayo, también se afectaría el ritmo de crecimiento del nivel de actividad, que se ubicaría en torno del 4% anual, lo cual representaría el menor crecimiento en los últimos cinco años. En el caso de que el conflicto se prolongue todo un mes también el impacto sobre la recaudación alcanzará a $ 3.400 millones, pero más inquietante sería cómo podría impactar en los precios: subirían entre 2 y 3%, de acuerdo con cálculos de consultoras privadas efectuados a pedido de PERFIL.

No obstante, tanto o más importantes serían los efectos cualitativos de un estiramiento de la protesta. Para el economista Rodrigo Alvarez, de Ecolatina, “la crisis con el campo fue un catalizador de un proceso porque los agentes económicos esperaban otra cosa del Gobierno después del cambio de administración, y encontraron una profundización de la crisis con el campo y una posición muy dura en la negociación. Se generó una brecha muy grande entre lo que se esperaba, una Argentina más inserta en el mundo, más respeto a las instituciones, más amigable a los mercados, versus la devolución que se está observando como gesto del Gobierno”. Esa brecha impacta en expectativas que no se pueden asociar a un deterioro en las variables fundamentales de la economía.

Sin embargo, la protesta rural no sólo impacta localmente. En diálogo con PERFIL, Pedro Palomo Hernán Gómez, presidente de la Grain & Feed Trade Association (GAFTA), una organización internacional con mas de 700 empresas miembros distribuidas en 75 países que participan en el comercio de granos, subproductos y legumbres en todas las fases de la cadena de comercialización, señaló que “el conflicto afecta al comercio mundial de cereales de manera muy negativa debido a las restricciones a las exportaciones. Primero, existe un descrédito de Argentina como proveedor mundial de materias primas. Debido a estas restricciones y a estos paros, no se pueden cumplir los compromisos ni contar con la Argentina para contratos futuros. Esto es una rémora para el comercio de granos. Segundo, las restricciones a las exportaciones en momentos de escasez y de precios altos como en esta campaña, en el mediano plazo, encarecen los productos y hacen que se distorsione más el mercado”. Y no descarta acciones de países compradores ante organismos internacionales como la Organización Mundial del Comercio.

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