Desde Suiza
El pasado 8 de junio, en Berna, el encuentro entre el juez Sebastián Casanello y sus interlocutores de la Oficina Federal de Justicia de Suiza, en el marco de la investigación por la “ruta del dinero K”, duró escasas dos horas. El magistrado se limitó a hacer saber que la reunión fue “muy constructiva, donde se han tratado cuestiones de carácter estrictamente jurídico”. “Continuaremos trabajando activamente”, agregó. Sin embargo, declaraciones a la prensa del portavoz helvético Folco Galli y el destape de una resolución judicial suiza mantenida en secreto permiten reconstruir lo pactado.
El cónclave quizás activó un sigiloso mecanismo que podría darles forma a las medidas que los suizos le reclamaron a Casanello para restablecer la cooperación judicial entre los dos países, y así detener y extraditar a Néstor Marcelo Ramos, el presunto testaferro de Lázaro Báez en Suiza.
Ramos es el administrador en aquel país de Helvetic Services Group, la fiduciaria que compró en Buenos Aires la SGI, alias La Rosadita, y supuesta responsable de reciclar US$ 33 millones a través de bonos de la deuda externa adquiridos en Ginebra, liquidados en una cuenta argentina de Lázaro Báez.
El documento. Al parecer, entró en acción el Grupo Egmont, que entre otros integran Argentina y Suiza, constituido por diferentes Estados para intercambiar “información segura, rápida y jurídicamente admisible” en la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo. De esta forma, la Unidad de Información Financiera (UIF) pudo tomar conocimiento del contenido de una “orden de archivo” de la fiscalía federal suiza cuando cerró el caso, el 11 de diciembre de 2014, que obra en poder de su homóloga suiza, la Oficina de Comunicación en Materia de Blanqueo de Dinero (MROS). Allí figuran todas las pruebas que necesita el juez Casanello para finalizar su investigación.
En el documento recibido por periodistas que lo solicitaron, las identidades de los protagonistas, sociedades y bancos aparecen tachadas o recubiertas por espacios en blanco. Pero resulta claro que el monto del dinero detectado por la fiscalía federal suiza en dos bancos de Ginebra pertenecientes a “sociedades emparentadas con la familia Báez” ascendió a US$ 22 millones, el mismo monto que anunciaron Casanello y el fiscal Guillermo Marijuan la semana pasada, cuando anticiparon que los hijos del empresario kirchnerista serían citados a declarar. El dictamen precisa que ese dinero encontró abrigo en tres cuentas del Banco Lombard Odier, y en otras siete cuentas del Banco Safra Sarasin. Cinco de estas últimas cuentas tienen como dueños “a los cuatro hijos de Lázaro Báez”. Las diez cuentas, bloqueadas durante un año y medio desde que los bancos implicados las denunciaran como sospechosas al MROS fueron liberadas por la fiscalía federal suiza al valorar que Argentina no aportaba elementos para determinar el origen “corrupto” de los fondos, clausurando el procedimiento en diciembre de 2014. Pero ese documento, con detalles de las cuentas, es hoy el tesoro a rescatar por el juez Casanello para terminar de probar hechos delictivos y sustentar su calificación penal.
El juez Sebastián Casanello llamó a indagatoria a los cuatro hijos de Lázaro Báez, paso previo al procesamiento, antesala de las siguientes etapas definidas con Suiza. Según lo anticipado por el portavoz Galli, en Berna esperan que el magistrado argentino envíe un exhorto para recapitular su pedido de pruebas, respetando el tratado bilateral válido entre los
dos Estados, que obliga a observar el principio de la doble incriminación, es decir que la infracción invocada por el país que pide se encuentre también en el Código Penal del país llamado a responder. Recién a renglón seguido, Casanello podría requerir la captura y extradición de Néstor Marcelo Ramos, tomando en consideración los eventuales riesgos de fuga y colusión.
Las pistas que llevan al presidente del club Peñarol
Néstor Ramos es uno de los actores claves para desentrañar la denominada “ruta del dinero K”, por la que está preso Lázaro Báez y procesado su hijo Martín, y fueron citados a indagatoria otros tres hijos. Suiza le viene imponiendo ciertas condiciones al juez Sebastián Casanello para poder detener y extraditar a Ramos, algo que con la información nueva que aportó el país helvético podría cumplirse.
Mientras tanto, Ramos se mostró muy tranquilo en declaraciones a un diario de Suiza. Ahí dijo que se dedica a comer asados, a recibir amigos y que está a disposición de la fiscalía suiza. “Hice todo legal”, aseveró.
Una foto clave en el caso es la que muestra juntos a Ramos y a Juan Damiani Sobrero, presidente del club Peñarol, de Uruguay. Damiani, precisamente, fue citado a declaración indagatoria en la misma resolución en la que Casanello citó a los hijos de Báez. Es que el informe al que accedió la UIF menciona al abogado uruguayo como uno de los beneficiarios finales de las cuentas de Helvetic en Liechtenstein. A su vez, Damiani Sobrero sería socio de Juan Ramón Fernández Methol, quien resultaría ser el único firmante de esas cuentas.
*Autor de Las bóvedas suizas del kirchnerismo.