En el mundo sindical, el caso de Gerónimo Venegas no despierta inquietudes, indicaron a PERFIL dirigentes de primera línea consultados esta semana. Evalúan que hay una circunstancia familiar y personal particular. Además de afirmar que la mayoría de las sospechas que se ventilan sobre los gremios tienen origen empresarial y político.
Distinta es la perspectiva de algunos funcionarios con amplia experiencia en el sector. “Su mayor temor es la cárcel”, indicó a este medio una figura con trato frecuente con el sector gremial. Presuntos testaferros, manejo de sumas millonarias en negro y negocios con las obras sociales son algunos de los puntos que suelen señalarse. Desde distintas reparticiones o gremios rivales, voces en off hablan de ex choferes devenidos en empresarios, esposas que manejan negocios beneficiados por el gremio, prestanombres o negocios con empresas proveedoras de las obras sociales sindicales.
Más allá de las sospechas, las denuncias son poco frecuentes y los procesos judiciales que avanzan aún más. Omar “Caballo” Suárez y Juan José Zanola, detenidos por negocios sospechosos, son la excepción antes que la regla. Otros dirigentes también enfrentan denuncias y procesos, como la dirección de la UOM o el titular del gremio de porteros, Víctor Santamaría, quien quedó en la mira por manejos financieros, según informó La Nación. También fue objeto de denuncias el titular del gremio de personal de seguridad privada, Angel García, quien fue intervenido por una disputa electoral.
En los momentos de mayor tensión entre el Gobierno y el mundo gremial, se ventiló la posibilidad de requerir declaraciones juradas públicas y mayores controles. Los dirigentes sindicales dudan de que este tipo de iniciativas prosperen, pero suelen argumentar que tanto sus organizaciones como sus propias finanzas están sometidas a rigurosos controles de la AFIP y la Superintendencia de Servicios de Salud.
