Un sector del bloque del Frente Renovador comandado por Graciela Camaño buscó convencer a Sergio Massa de no acompañar al peronismo en la votación de la ley antidespidos, postura con la que también –vía chat telefónico– le insistió José Manuel de la Sota. Del otro lado, estaban los diputados encabezados por Felipe Solá, que advertían que el acompañamiento al proyecto sería un buen gesto para el futuro electoral del massismo.
Lejos de la alianza que ensayó en los primeros meses con el gobierno de Mauricio Macri, Massa finalmente decidió apoyar la ley impulsada por el Frente para la Victoria y el PJ con el objetivo puesto en las próximas elecciones y en los acuerdos electorales. Esta semana, Massa sufrió su primera derrota en el Congreso al no poder imponer sus cambios al proyecto. Pero continuará con su plan: mientras trata de capturar a figuras como Margarita Stolbizer y Victoria Donda, el tigrense comienza a concentrarse en conquistar a los dirigentes peronistas de la provincia de Buenos Aires.
Sabe que en las próximas elecciones será imposible una lista de unidad en este territorio, pero busca que el peronismo apenas esté dividido en dos sectores y no en tres. Para ello, dialoga a diario con figuras como Diego Bossio, con ex sciolistas (como Gustavo Marangoni) e incluso tiende puentes con Florencio Randazzo.
El ex ministro del Interior y Transporte es el dirigente clave para que el peronismo no sufra mayores divisiones. Los diálogos ya están abiertos y el interlocutor es el ex intendente de Junín y actual director del Banco Provincia, Mario Meoni. Otro dirigente que los une es el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, quien pegó el salto al Frente para la Victoria pero mantiene el vínculo con Massa. A su alrededor quieren ver cómo se las ingenia para mantener en un mismo espacio a dirigentes como Stolbizer y Randazzo. Massa se adelanta y responde que ése no es un problema, mientras se trate de sumar a peronistas que no tienen problemas con la Justicia.
El vínculo con el peronismo será clave en el Congreso. En lo inmediato, busca que un acuerdo con los dos bloques que contienen a estos dirigentes sirva para aprobar un paquete antiinflancionario y un proyecto para proteger a las pymes. Adepto a las encuestas, Massa mira con satisfacción que el 56% de los consultados sobre a qué dirigente identifica con el cuidado a las medianas empresas responden su nombre. “El hombre pyme”, quieren bautizarlo, mientras él diseña un plan de recorridas por la Provincia por distintas fábricas. Además de atacar a Macri por la inflación y la necesidad de generar empleo, sus dirigentes comenzarán a asemejar al Presidente con la ex presidenta, Cristina Kirchner. Le recriminarán su “modo autoritario” de no respetar las instituciones como el Congreso y su negación ante los problemas económicos. En su rol opositor, Massa también se prepara para desembarcar en Capital con Marco Lavagna, contra Horario Rodríguez Larreta y Martín Lousteau.