POLITICA
Luego de los rumores de renuncia

Trotta asegura que "entiende el enojo pero hay que comprender la excepcionalidad"

Ante sus allegados, el ministro de Educación de la Nación reconoce la decisión de Alberto Fernández de cerrar las escuelas es "impopular", aunque responde a la preocupación por bajar la circulación.

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Responsabilidades. Desde Educación subrayan que, en forma paralela al deber de las instituciones, hay una cuota social y familiar. | NA.

Alineados. Así dicen estar en el Ministerio de Educación nacional con la decisión que tomó el presidente Alberto Fernández de suspender la presencialidad en las escuelas del AMBA a partir de mañana por 15 días y que, aunque la medida es “drástica e impopular”, la respaldan.

Ese respaldo llega también hasta el ministro Nicolás Trotta, ratificado en su cargo más allá de los rumores que circularon desde el anuncio presidencial de suspender las clases hasta el 3 de mayo. Fuentes cercanas al ministro aseguran que lo que más lo preocupa es sostener la importancia de la presencialidad como norma, algo que –dicen–comparte con Fernández.

“El Presidente adoptó la que –para muchos– es una decisión impopular, que se enmarca en la mirada que tiene él ante la enorme preocupación que hay en el AMBA por la aceleración de los contagios y el estrés del sistema sanitario”, comenta entre sus allegados. Dicen que repite que “entiende la angustia y el enojo, pero que también hay que comprender la excepcionalidad en la que estamos y la decisión difícil que tomó (el Presidente) en particular frente a los casi 30 mil casos” diarios que se registraron este viernes.

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Quiere que no haya dudas: “Lo que plantea es que hay que disminuir de una manera brusca la circulación para frenar la escalada de crecimiento de contagios, poder estabilizar la cantidad de casos, liberar camas de terapia intensiva y que, en dos semanas, podamos empezar a recuperar la presencialidad en el AMBA y sostener la que sigue vigente en el resto del país”, asegura ese entorno.

Insisten en que los datos que recogieron a través de la plataforma Cuidar Escuelas y los observatorios de distintos ámbitos es que la aplicación de los protocolos aprobados por el Consejo Federal de Educación “siguen indicando que las escuelas son espacios seguros”.

Y que la mirada presidencial está puesta en lo que sucede afuera: la circulación y el contacto social sin cuidados. “La presencialidad generó un marco de normalidad que abría la puerta a los espacios de socialización, en los que luego no se cumplían los protocolos”, explican. Dicen que “fue eso lo que aceleró” la decisión de Fernández.

En Educación y Salud manejaban “caminos distintos” a la suspensión total

Trotta participó la semana pasada de reuniones con Salud, pediatras y epidemiólogos; además de una del Consejo Federal de Educación donde volvió a ratificar la presencialidad como prioritaria. En la cartera nacional manejaban, en conjunto con el área sanitaria, “otros escenarios que planteaban caminos distintos” a la medida tomada por Fernández “sin llegar a la suspensión total”.

En concreto, disminuir la cantidad de tiempo de presencialidad en el AMBA e incluso sumar restricciones adicionales, como suspender cualquier actividad extracurricular, pero que ahora respaldan la decisión “drástica” de Fernández, que la Ciudad incluso llevó a la Justicia.

Otros planteos que surgieron desde que se anunció la medida tienen que ver con que “cuando los chicos no están en las escuelas, están en otros lugares y se contagian”, según dijo ayer la ministra Soledad Acuña en declaraciones periodísticas.

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Desde el ministerio nacional insisten en que la responsabilidad es institucional, sí, pero también “social, familiar”. “Así como hay una mirada casi unánime de que la escuela no es un espacio de contagio, también hay una mirada casi unánime en que la principal herramienta para disminuir esta curva de contagios es reducir la circulación.

Ante el fantasma de un escenario sin fin, como el del año pasado, en Pizzurno aseguran que hoy “el escenario es distinto”. “En noviembre, se envió a cada gobernador el plan A las aulas, para que la presencialidad fuera la regla en 2021. En enero, se recorrieron las 24 jurisdicciones, hubo reuniones con sindicatos provinciales y los responsables de Educación de cada provincia para desplegar la agenda de esa presencialidad, aunque la realidad epidemiológica de febrero y marzo era más negativa que la que habían tenido en Europa en agosto y septiembre del año pasado”, explican. Aun así, agregan, “se decidió la presencialidad como norma, con protocolos estrictos dentro de las escuelas, que hasta ahora supervisamos que venimos cumpliendo”.

Ahora, aseguran, hay que poner el foco en la vacunación docente que, a nivel país, alcanza a 500 mil docentes, según datos oficiales de Nación, y que son “grupo priorizado, a diferencia de otros países de la región”, dicen.