El Tedeum fue un espacio de disputa. Desde 2007 el kirchnerismo se negó a concurrir a la Catedral metropolitana que conducía Jorge Bergoglio.
Casualidad o no, el 25 de mayo de 2003 fue el día en que Néstor Kirchner asumió la presidencia. Un año después estuvo en la homilía con su gabinete. Allí, Bergoglio criticó “las luchas internas, la ambición compulsiva y las componendas de poder que absorben las instituciones”. En ese momento el ex presidente mantenía una sorda disputa con Eduardo Duhalde. A pesar de ello, al salir de la Catedral metropolitana Kirchner celebró las palabras del Cardenal. En 2005 comenzó a vislumbrarse el quiebre: el ex presidente celebró en Santiago del Estero. Por primera vez, desde 1810, ese año el Gobierno estuvo ausente del acto religioso en la Catedral porteña.
Al otro año, Kirchner con Cristina Fernández volvieron al Arzobispado de Buenos Aires. Allí Bergoglio criticó “la manipulación y la prepotencia” y planteó que no hay que caer en “el internismo, en la constante exclusión del que creemos contrario”. Fue el último Tedeum del matrimonio en la Catedral.
En 2007, con un clima donde Cristina se preparaba para ser candidata, su esposo mudó el Tedeum a Mendoza. El año siguiente, en plena crisis con el campo, la pelea con Bergoglio (a quien Kirchner acusó de ser el “jefe espiritual de la oposición”) llevó a Cristina a Salta. En 2009 le tocó a Misiones.
Para el Bicentenario CFK participó del acto en la Basílica de Luján. En la Catedral porteña no hubo sillas para funcionarios. En 2011, CFK viajó a Chaco, donde recordó a Kirchner a meses de su muerte. El año pasado la Presidenta mudó a todo su gabinete a Bariloche. Bergoglio realizó su propio Tedeum donde criticó “que nadie se haga cargo” de las consecuencias de la corrupción”.
