POLITICA
El "Paper" de la CIA sobre la Argentina y la crisis

Un informe inesperado que vino de donde no debía venir

La relación entre la Argentina y EE.UU. encierra varios factores, que mezclan cuestiones de imagen, ideología y hasta la sombra de Hugo Chávez.

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| AFP

La relación entre la Argentina y Estados Unidos suele pasar por distintas facetas, muchas veces sobresaltada por distintos resortes que saltan en Washington y estallan crispados en Buenos Aires. Lo que es interesante es que muchas de estas reacciones, a veces tienen un disparador en común. La Argentina parecería ligarla de rebote, aunque siempre agrega su peso propio, y hay varias coincidencias. Hagamos un repaso simple. El acto en Buenos Aires con Chávez, cuando el presidente Bush estaba en Montevideo, adormeció la relación, a principios del 2007. Y ahí empezaron los problemas, aunque ya había habido chispazos en la Cumbre de las Américas, en Mar del Plata, dos años antes.

Luego vino el primer estallido fuerte a fines del 2007. Apenas asumida la nueva Presidenta argentina se destapó el caso de la famosa “valija”. Convocado por el ministro Taiana, el embajador norteamericano Anthony Wayne tuvo que salir a explicar que se trataba de una investigación del Departamento de Justicia, fuera del ámbito de las relaciones exteriores. También su superior, el Subsecretario para asuntos latinoamericanos, Tom Shannon, tuvo que aclarar que la investigación fue en realidad dirigida hacia Venezuela, calmando los ánimos en una visita a la Casa Rosada.

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Un año después, asumido el demócrata Obama, hubo intercambio de cartas, floreos varios, y hasta un llamado telefónico cuando la Presidenta Cristina estaba de gira en Egipto. Hace un poco más de una semana Shannon visitó la embajada argentina en Washington, y conversó con el embajador Timerman y con el segundo del Palacio San Martín, Victorio Taccetti, en lo que se llamó “una reunión de alto nivel”, buscando un positivo acercamiento al norte y una postura común frente a la próxima reunión del G20. De paso se discutía un encuentro Obama-Cristina.

Pero, ayer sucedió lo inesperado. Al Presidente Obama aparte de enviarle un reporte diario de seguridad, la CIA le ha comenzado a brindar inteligencia económica. El nuevo director de la reconocida “agencia”, Leon Panetta, un ex congresista de California y ex Jefe de Gabinete de Bill Clinton, explicó a los periodistas que “lo que ocurre en la economía y sus efectos, afecta la estabilidad del mundo, y eso puede también incidir en las políticas exteriores de Estados Unidos”. En la rueda de prensa Panetta habló de China, de Rusia, y en el mundo Latino, se despachó con tres países en problemas, nombrando a Ecuador, Venezuela y la Argentina. Sin dudas, nadie en Buenos Aires, ni en la embajada en Washington, esperaba un mensaje tan frontal y menos de ese ámbito. Quizás hubiera sido más lógico que el comentario provenga o del FMI, o quizás de algún otro organismo económico, donde a veces solían ajustarle las clavijas a los déficits estructurales argentinos, algunos años atrás.

Es claro que la Argentina no sufre tanto como Venezuela por la caída del petróleo, algo que sí le preocupa a Chávez estos días. Quizás le preocupa a la CIA la relación institucional en el poder, los habituales conflictos con la figura de la vicepresidencia, y el poco diálogo con la oposición. También la Argentina tiene ciertos niveles crónicos de pobreza, pero en verdad no los tiene más que muchísimos otros países de la región. Resulta raro que la CIA no haya hablado de lo que ocurre en otras regiones más al Norte, como por ejemplo México, azotado por los carteles de la droga o Colombia, que desde hace ya casi 60 años tiene en guerra gran parte de su territorio con fuerzas revolucionarias. Pero como el informe era “económico”, esta vez le tocó directamente a la Argentina, uno de los tantos países a los cuales el viento en contra recién ahora le está pegando de frente. Pero no es el único en potenciales problemas, ni uno de los más débiles, y todo puede cambiar si los commodities vuelven a subir de precio para el segundo semestre o quizás en el 2010.

El problema que tendrá que dilucidar el gobierno argentino es porqué el país figura en “listas” en que no debiera estar. Puede ser un problema de imagen, puede haber otros aspectos, pero es evidente que en la CIA ven a la Argentina con ojos de preocupación, y ese ha sido el mensaje. Una visión que puede tener cierta cuota de ideologismo, por cierto.

Inclusive cabe pensar que se trata de una visión interna, nada más, y nada menos, de un organismo que muchos en Estados Unidos dicen que hace largo rato está en crisis. Pero no cabe dudas que ha sido inoportuno. No olvidemos que hay figuras nuevas en Washington, y reaccionar peor, puede retroalimentar en contra. Pero es también un llamado de atención. Algo no está sonando como debiera en el desaceitado reloj de la política argentina, al menos en ciertos aspectos de la imagen al mundo. Mejorarla no es trabajo de la CIA, es responsabilidad de los argentinos, y principalmente de todos sus dirigentes. Habrá que copiar otros modelos, otros sistemas. ¿Y si imitamos algunos estilos políticos de nuestros vecinos Brasil y Chile?

(*) Especial para Perfil.com