Elisa Carrió vivió con felicidad y un ánimo exultante el alegato del fiscal Diego Luciani en la causa contra Cristina Kirchner por el direccionamiento de la obra pública. Se lo transmitió a cada uno de los que habló en las últimas horas, luego de escuchar al fiscal relatar con detalles gran parte de las cuestiones que ella, junto a dirigentes de la Coalición Cívica, comenzaron a denunciar a mediados de la década pasada.
"No me felicitaste hoy", fue la ironía con la que saludaba el lunes a su equipo, donde abundaron las anécdotas sobre las causas, denuncias, testimonios que recabaron desde 2004 y que tuvieron su epicentro en la denuncia por asociación ilícita en 2008 contra Néstor Kirchner, Julio De Vido y empresarios de los que poco se hablaba en esa época, como Lázaro Báez y Cristóbal López.
Facundo del Gaiso, por ejemplo, recordó haber llevado en su auto las cajas con la denuncia junto a Carrió y Paula Oliveto. “Pasaron 14 años, algo que denunciaron los diputados nuestros en absoluta soledad”, dice. Otros referentes también se pusieron a recordar el testimonio de la viuda de un empresario, la declaración de madrugada de otro en Comodoro Py, u otras historias de denuncias que durante años durmieron en los expedientes judiciales.
"La vi tan feliz como el día que metieron preso de De Vido", describe otro de sus interlocutores. Su pedido era que saliera todo su equipo a destacar el trabajo de la CC en estos años. Ella misma transmitía una frase que después plasmó en un tuit: "La perseverancia es invencible".
En JxC esperan con escepticismo el plan de Massa y apuntan las críticas a todo el FdT
De todas formas, la referente opositora no deja de mirar con preocupación el escenario político y económico del país. Preparándose para volver a protagonizar una recorrida por los medios la semana próxima, Carrió viene expresando un discurso de apoyo a la gobernabilidad ante un escenario de fragilidad institucional de Alberto Fernández que ahora puede terminar enfrentándose a un dilema por la designación de Sergio Massa como nuevo ministro.
Es que el flamante funcionario es uno de los mayores enemigos públicos que tiene Carrió. "Lo peor de la política", "la mentira total", son algunas de las definiciones que hace sobre él según relatan sus interlocutores. Eso hace que el discurso por la gobernabilidad tuviera un sentido si se trata de defender a un presidente débil como Alberto pero que adquiera otro si asume un rol preponderante un hombre "con un hambre de poder infernal", como definen en la CC-ARI.
"No hay nada para festejar": la despedida de la oposición a Massa y la bienvenida a Moreau
En cada exposición pública, Carrió plantea la necesidad de transmitir serenidad, sobre todo porque ve que una crisis institucional severa puede terminar golpeando a toda la dirigencia política. “El hartazgo de la sociedad con la política no discrimina”, explican. Entre Cristina y Alberto, la líder de la Coalición Cívica siempre vio más moderado al Presidente, y por eso en estos dos años de gestión buscó generar diferencias entre sí, como por ejemplo con la postura de apoyar la nominación de Daniel Rafecas como Procurador o, más cerca en el tiempo, con el acuerdo con el FMI. Pero en el último tramo del gobierno, la debilidad presidencial quedó más en evidencia, por eso profundizó su mensaje de garantizar la gobernabilidad y que el Presidente llegue como corresponde al 10 de diciembre de 2023.
— Elisa Lilita Carrió (@elisacarrio) July 29, 2022
Sin embargo, con Massa no se puede esperar contemplaciones de Lilita. Ya lo recibió con un GIF en Twitter con la leyenda “llegó el diablito”. “A Massa nada. Hay que tener una relación puramente institucional”, transmitió a sus diputados. Y les advirtió: "Ojo que no los entrampe".