El cruce entre Horacio Verbitsky y el gobernador electo de Río Negro, Carlos Soria, no tiene matices. Al mote de "montonero trucho" que le endilgó Soria al "Perro", tras su columna en Página/12 en la que cuestionaba que el kirchnerismo haya avalado su candidatura, el periodista le respondió, irónico, como es su costumbre, y calificó de "rebuznos" las críticas de Soria, a quien acusó de "espía jubilado".
"Me enteré con retraso de los rebuznos con que Carlos Soria respondió a mi columna del domingo pasado porque estoy en Italia. Esto desmiente su ridícula pretensión de que no puedo salir del país, por hechos que sólo existen en su imaginación de espía jubilado", escribió el "Perro" ayer en una columna del mismo diario.
Y destaca: "Son las mismas que la Secretaría de Informaciones inventó durante la presidencia de Carlos Menem, como única respuesta a mis investigaciones sobre los vueltos con que se cobraron la venta a precio vil del patrimonio social acumulado por generaciones de argentinos en las empresas públicas. Ni Soria ni sus predecesores en esa oficina de trabajos sucios han podido mostrar una sola prueba, porque nada de lo que Soria repite ahora es cierto".
Luego, argumenta que él, en cambio, puede "probar todas y cada una" de sus afirmaciones sobre Soria, "no por mérito propio sino porque son actos públicos, como su amable sobremesa con Erich Priebke, de la cual hasta ahora insiste en que no se arrepiente".
Y agrega: "Lo mismo ocurre con el informe de la SIDE que produjo para preparar la represión que culminó con el asesinato de Kosteki y Santillán, y de la cual nueve años después sólo tiene para decir que Duhalde sufrió mucho. O su presión sobre los jueces federales para que como modo de disminuir el malestar social encarcelaran a Domingo Cavallo y un grupo de banqueros, detallada en un expediente judicial en el que los hechos fueron confirmados por testimonios directos, entre ellos el del juez Jorge Urso".
Y entre otros hechos de gravedad en los que lo involucra a Soria, asegura que hubo un "espionaje dispuesto por el propio Soria sobre el entonces gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, y que fue denunciado por la entonces senadora Cristina Fernández".
Luego dice que "no le conciernen" cuáles son "las razones políticas" que tendrá Cristina para "consentir que un individuo de esta calaña la represente en Río Negro", y asegura que "hasta puedo comprenderlas, como también al electorado que tomó lo que tenía a mano para poner fin a casi tres décadas de gobierno radical".
Pero aclara que "no hay bendición que pueda convertir a tamaño sinvergüenza en un hombre de bien".