POLITICA

Volvió Cristina y fue papisa: “Cada uno tiene que ser un predicador”

Con tres discursos, saludó a todos, retó a algunos y llamó a los militantes a “conservar la alegría”. Sonrisas y abstinencia.

Luego del acto oficial, la Presidenta se dirigió a la militancia K en los patios interiores de la Rosada. Criticó las "mentiras" de la oposición y los medios.
| Télam.

Tardó, pero cuando volvió, lo hizo con todo. Dentro y fuera de la Casa Rosada, las organizaciones políticas y movimientos estudiantiles esperaban a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En el Salón de las Mujeres, el gabinete nacional y algunos invitados especiales aguardaban el ingreso de la mandataria, que llevaba unos cuarenta días sin protagonizar actos oficiales, en medio de una creciente incertidumbre por su silencio.

Primero, presentó el Programa de Respaldo a Estudiantes Argentinos (Progresar). No faltaron críticas al macrismo ni a los medios de comunicación. Terminado el acto, se trasladó a uno de los patios internos de la Casa de Gobierno, para saludar a los jóvenes que la vivaban entre cantos militantes y advertencias a los “gorilas”.

Con un lenguaje poco protocolar, la Presidenta confirmó ante ellos que viajará a Cuba para participar de la reunión de la CELAC, y criticó a quienes consideraron que la postergación de esa cumbre se debió a su estado de salud.

“La verdad, he tenido algunas dificultades, pero los quiero ver si tuvieran las dificultades que tuve yo”, criticó Cristina. “Querían crear una sensación en los argentinos de que yo no podía más”, se quejó.

Tras agradecer la presencia de todos, la jefa de Estado se excusó: quería ir a otro de los patios del edificio, para “saludar” a quienes la esperaban.

Lo hizo, y no ocultó su sorpresa al ver la particular manera que algunos tenían para contrarrestar el agobiante calor. “¡Hay muchos que están con las patas adentro de la fuente”, exclamó Cristina. “Que no se enojen los que no son peronistas. Es un solo dia, hace calor y son jovenes”, relativizó.

Exultante, saludó a todos y hasta bromeó por la extendida gira post-acto. “Ya voy por el tercer discurso. Debe ser la abstinencia”, lanzó.

“Quiero decirles que verlos me hace inmensamente feliz. Ver la presencia masiva de jóvenes comprometidos con distintas organizaciones políticas me hace sentir una profunda esperanza por el futuro de este país”, confió la Presidenta.

Con un discurso que, en algunos puntos, se asemejó a las directrices del papa Francisco a los asistentes de la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil, la mandataria pidió a los militantes que se conviertan en predicadores.

“Cada uno de ustedes tiene que ser un predicador”, insistió Cristina, tras reiterar que el “pecado es mentir”. “No hay nada más maravilloso que la libertad de poder expresar nuiestras ideas sin que nadie te de un palo por la cabeza”, aseveró.

“Yo nunca vi gente besarse en una movilización, veo a los chicos que están de novios, besarse con amor, con esperanza”, prosiguió.

“En las movilizaciones nuestras no se cantaba el himno nacional con alegría, con pogo. Estamos en otra época, otra etapa”, comparó. “Hemos construido una juventud sin odio, con amor, son jóvenes que aman la Patria. El sacrificio valió la pena”, afirmó la Presidenta.

“Todos ustedes tienen que tener mucha fortaleza, mucha convicción y este ideal de paz que tenemos”, interpeló, a la vez que retó, casi a modo maternal, a algunos: “Chicos, chicos, a portarse bien”.

La despedida no fue menos que esperanzadora: “Sigan conservando la alegría, no permitan que nadie les robe la alegría y la esperanza”. “Mientras tengan alegría y esperanza, son invencibles”aseguró.