En el marco del juicio oral contra el ex capellán de la policía bonaerense Christian Von Wernich, los jueces del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata realizaron esta mañana una nueva inspección ocular en el ex centro de detención clandestino conocido como Puesto Vasco, en el partido bonaerense de Quilmes.
Los jueces comenzaron la inspección minutos antes de las once. En el lugar, ubicado en Pilcomayo 59, a metros de la estación Don Bosco, fueron secuestrados ilegalmente y torturados el periodista Jacobo Timerman, los empresarios Juan e Isidoro Graiver, el ex juez Ramón Miralles y su hijo Julio, entre otros detenidos y desaparecidos.
El periodista y ex dirigente peronista Osvaldo Papaleo y el empresario Juan Ramón Nazar, secuestrados durante la dictadura y torturados en un centro clandestino de detención de Quilmes, reconocieron hoy el lugar donde estuvieron cautivos y confirmaron que allí fueron visitados por el cura Christian Von Wernich, como enviado del entonces jefe de la Policía Bonaerense, Ramón Camps.
Los dos testigos, acompañados por los jueces que integran el tribunal que juzga a Von Wernich, el fiscal, abogados y dirigentes de organismos de derechos humanos, recorrieron durante más de una hora la actual Comisaría de la Mujer de Quilmes, lugar donde funcionó durante la dictadura la prisión ilegal Puesto Vasco.
El trámite es una de las últimas inspecciones oculares a los 29 centros clandestinos de detención manejados por Camps, recorridos en el marco del juicio que se sigue por homicidios, secuestros y torturas al ex capellán policial Von Wernich. De la ronda participaron los miembros del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata Carlos Rozanski (presidente), Horacio Insaurralde y Norberto de Lorenzo y el fiscal Carlos Dulau Dumm.
Al término de la recorrida Papaleo informó a la prensa que allí, donde estuvo retenido durante unos seis meses, vio en cuatro o cinco oportunidades a Von Wernich, quien no le dejó dudas de que estaba avalando su secuestro y torturas. En tanto Nazar –dueño del diario La Opinión de Trenque Lauquen– señaló que vio al cura en su celda una sola vez. Los ex detenidos pudieron reconocer varios lugares del edificio, aunque advirtieron algunas zonas reformadas por haberse instalado allí la Comisaría de la Mujer.
“Nadie desconocía que era un campo de concentración, si hasta los vecinos veían los movimientos y oían los gritos”, afirmó el periodista. En tanto, Nazar relató que se encontraba en su celda de “dos metros por ochenta centímetros, recostado en un colchón, cuando de repente entra un hombrón de sotana: era Von Wernich que decía que venía a ofrecerme ayuda espiritual”.
El testigo recordó que, al igual que Papaleo, ambos le preguntaron que hacía en un lugar clandestino y le dijeron que su situación era ilegal, lo que molestó al cura, según recordaron. “Venía a sacarnos información; yo no entendía cómo un cura hacía eso”, dijo Nazar.
Por su parte, Papaleo evocó que se encontraba entonces junto a Jacobo Timerman, fundador y director del diario La Opinión de Buenos Aires, y que Von Wernich se ensañaba particularmente con él y demostraba su marcado "antisemitismo". “Von Wernich aparecía acá como interrogador, como delegado de Camps, a quien obedecía y conocía de cerca”, dijo Papaleo.
Si bien reconoció el momento incómodo que tuvo que pasar hoy al recordar esos días de horror, afirmó que esa sensación "no debe servir como pretexto para no concurrir" al juicio que está ya en su tramo final, y dijo confirar en la Justicia. "Es nuestra obligación venir, aunque preferiríamos estar en otro lugar; pero nuestro sitio hoy, es acá", definió Papaleo. “Personalmente no pido ninguna revancha personal: tengo la sensación de que la Justicia va a primar", enfatizó.
En tanto que, a la salida de la inspección, el juez Carlos Rozansky ratificó hoy que continuarán los juicios por violaciones a los derechos humanos “porque es una decisión de la Justicia. Hemos tenido la desaparición de un testigo y los juicios han seguido adelante", sostuvo Rosansky, en referencia a Jorge Julio López, cuya declaración fue clave en el juicio contra el represor Miguel Etchecoltaz.
El centro clandestino de detención y exterminio funcionó entre agosto de 1976 y febrero de 1978, época en la que varios sobrevivientes que testimoniaron en el juicio, reconocieron a Von Wernich como el cura que los visitaba durante su cautiverio para convencerlos de que dieran información en las sesiones de torturas.
El sacerdote es juzgado por su participación en 7 homicidios, 31 torturas y 42 privaciones ilegales de la libertad; y por delitos cometidos en cinco campos de concentración. La serie de inspecciones comenzó hace dos semanas con la presencia de los testigos, que reconocieron distintos centros clandestinos de detención donde actuó el ex sacerdote. El 8 de octubre, en tanto, se conocerá la sentencia definitiva en el juicio oral que se desarrolla contra el ex mano derecha del general Ramón Camps.
Fuente: DyN y Télam