“Tengo 22 y esto lo hago porque me divierte y por las emociones que me da”. A su corta edad, Gino Tubaro continúa regalando prótesis de brazos y manos a personas que no pueden pagarlas. Hechas a partir de impresoras 3D, su equipo alcanzó las 800 unidades otorgadas que equivalen a un ahorro de 28 millones de dólares.
—¿Cómo tomaron la noticia junto a tu equipo?
—Con el proyecto empecé hace pocos años y nunca pensé que llegaríamos a tantas manos entregadas. Con mucho esfuerzo y trabajo de todos los chicos primero fueron cien, luego 200 y ahora 800. Igual ellos no paran. Tenemos un grupo de WhatsApp que se llama La Familia Atómica. Ahí somos 19 personas que trabajamos hasta tarde, a veces hasta las tres o cuatro de la mañana, porque nos gusta mucho lo que hacemos.
—¿Hay iniciativas similares a la tuya en el mundo?
—Nuestro valor radica en los diseños y en toda la logística que hacemos. Hay otras iniciativas de chicos que descargan archivos e imprimen manos pero de manera general. Cuando se coloca la prótesis puede pasar que a la persona le quede muy grande, chica o que no la pueda cerrar bien. Esos problemas no se solucionan de forma sencilla. Cuando los encontramos lo que hacemos es invitarlos y sumarlos a nuestra plataforma. Los llamamos “embajadores atómicos” y pueden descargar los archivos que están hechos a medida a partir de una foto. De esa forma, ninguna de las manos que nosotros entregamos va a tener un problema.
—¿Cuántos “embajadores atómicos” hay?
—Hoy en día unos mil, y tenemos hasta instituciones públicas. La más resonante es el Servicio Penitenciario de Ezeiza. El penal número 4 tiene dos impresoras 3D, las cuales usan para imprimir las manos que nosotros les pedimos, nos la mandan y las enviamos por correo a los usuarios.
—Estuvieron entregando manos con motivos de superhéroes...
—Sí. Hay dos grandes diseños, por así decirlo. Uno es para los adultos que por lo general prefieren colores neutros. En el caso de los chicos, les gusta que tengan algún motivo especial. En estos últimos veinte días estuvimos dando manos en Argentina, Brasil y México que estaban tuneadas con los colores de los superhéroes. En México justo estaba Mark Ruffalo, el actor que interpreta a Hulk en los Avengers, y los nenes querían el diseño de ese personaje. Estaban felices.
Reconocimiento. El joven inventor ganó el premio Perfil a la Inteligencia de los argentinos en 2016 porque en ese entonces captó la atención al realizar lo que el llamó El Manotón, un evento en el que repartió gratuitamente prótesis ortopédicas realizadas con impresoras 3D a chicos de todo el país. Esa iniciativa contó con la colaboración de Microsoft y de más de cincuenta voluntarios para ayudar a familias de Entre Ríos, Chubut, Rosario, Mar del Plata y Pergamino a obtener, de forma gratuita, manos para muchos niños.
Si bien pasaron poco más de dos años, Tubaro ya ha recorrido un extenso camino. Y la entrega de prótesis gratuitas es su universo cotidiano. “Las prótesis más baratas en Argentina salen entre 10 y 15 mil dólares. Esas son como las de un maniquí, por lo que no tienen movimiento. Las más caras van hasta los 50 mil dólares. Nosotros hicimos un promedio y nos da que tomando la cantidad de manos que entregamos les ahorramos a las personas algo así como 28 millones de dólares”, señala al consultársele por los costos.
—¿Las empresas privadas que se dedican a la comercialización de prótesis te dicen algo?
—Hay algunas que tienen algún nivel de bronca y recelo. Entregamos 800 prótesis, y cada una representa un cliente que no fue a la ortopedia o a la obra social. A veces nos llegan mails puteando y hasta cartas documento.
—¿Y qué hacen?
—Tenemos en el equipo tres chicos que son abogados y dan una mano con los asuntos legales. Cuando empecé este proyecto, que es benéfico y para ayudar a las personas, jamás pensé que iba a tener que contar con ayuda legal. Argentina es un poco jodida con estas cosas. Después de laburar varios años te das cuenta de que hay gente que te quiere joder. Yo estoy tranquilo, puesto que de las 800 prótesis que entregamos nunca le pedimos plata a la gente y no lo vamos a hacer en el futuro.