En su vigésima gala como anfitriona, Anna Wintour volvió a demostrar su poder de convocatoria y, además, que en un mundo donde la competencia no da tregua, moda, espectáculo, política y finanzas son unidades que conforman un todo. Incluso para ella, que dirige una publicación, Vogue, que es su propio reino y desde donde, con su equipo, marca cada mes mucho más que tendencias. Basta con ver el documental La edición de septiembre para entender la dimensión de cuánto hay detrás de la revista de moda más importante del mundo.
Esta semana, más de 600 invitados pagaron un promedio de 25 mil dólares para ingresar a “China a través del espejo”, la cena temática que Wintour –como editora de Vogue– ofreció en el Museo Metropolitano de Nueva York. Desde que en 2005 ella se hizo cargo de estas celebraciones temáticas anuales algunos medios estimaron que ha recaudado para el museo unos 145 millones.
Combo. Esta semana, la fiesta propiamente dicha estuvo precedida por la preapertura de la exposición homónima –China a través...– que, como dice el catálogo, “explora el impacto de la estética china en la moda occidental y de cómo ese país alimentó la imaginación de moda durante siglos”. Fue allí donde Wintour exhibió parte de su poder: tuvo en primera fila a Henry Kissinger, personaje polémico de la historia política norteamericana pero quien, como funcionario de Richard Nixon, fue el artífice de la consolidación de las relaciones de ese país con China. Sentado en la misma fila estaba Silas Chou, número 737 de la lista de 2015 de multimillonarios de Forbes, con una fortuna de 2.500 millones y dueño, entre otras empresas, de firmas como Tommy Hilfiger y Michael Kors, de un departamento en Nueva York por el que pagó 56 millones de dólares en 2014, y sobre todo es el mayor productor y exportador de Hong Kong en el rubro textil. También a Wendi Deng Murdoch, la última ex esposa de Ruppert Murdoch, y a Wong Kar Wai, el director de cine más famoso y aclamado fuera de China tanto en Estados Unidos como en Europa, e incluso Argentina; la premiada Happy Together –basada en el libro The Buenos Aires Affair, de Manuel Puig– la filmó en la capital porteña. Y por supuesto hubo actrices como Fan Bingbing y Lucy Liu, y el diseñador Jason Wu, que aunque reside en Nueva York nació en China y se hizo famoso por vestir a Michelle Obama en los dos bailes inaugurales presidenciales. Es decir, el combo política, finanzas, show business y moda en su máxima expresión.
Tanto la fiesta como la exposición, que se extenderá hasta el próximo 16 de agosto, se planearon con dos años de anticipación. Este año se cumple una década del lanzamiento de la edición china de Vogue que, según expresó Mario Testino –fotógrafo estrella de la publicación norteamericana–, es la más importante de las Vogue del mundo, lógicamente, por su potencial económico.
Política. Además de la celebración por los diez años en China, muchos analizan este hecho como un ejemplo más de la cintura de Anna Wintour para moverse en los mundos mencionados. Su apoyo a Barack Obama, para quien incluso recaudó fondos (para su segunda campaña), y el editorial que escribió sobre Michelle el día de la primera asunción rompieron el esquema de la “sólo editora de modas”.
Ese compromiso que mantuvo a lo largo de los dos mandatos le valieron algunas críticas y también alimentaron rumores sobre la posible oferta de sumarse a la gestión como embajadora en Inglaterra o Francia. Por ahora, ella elige prolongar su reinado en el mundo de la moda.
Un falso mito
Por su nombre, y sobre todo por cómo se pronuncia, a veces se da por cierto que la publicación original nació en Francia. Sin embargo, Vogue es norteamericana y es una de las publicaciones mensuales más exitosas dentro y fuera de ese país de la editorial Condé Nast. Fundada en 1907, esta compañía tiene en su presente portfolio otras publicaciones famosas como Vanity Fair, Glamour, GQ, The New Yorker, Details, Architectural Digest, Allure, Wired, W y Golf Digest. Anna Wintour, inglesa e hija y hermana de periodistas, tomó la dirección de Vogue en 1998 y la convirtió en “la Biblia” de la moda mundial.