Las crónicas del recital que el jueves último brindó en el Movistar Arena, en la capital chilena, preanuncian que el reencuentro del cantante norteamericano con el público argentino será emocionante.
La última y única vez que Bruce Springsteen actuó en Argentina –lo hizo en Buenos Aires y Mendoza– fue en 1988 en el marco de la gira mundial de seis semanas de Anmistía Internacional que reunió por ese entonces a músicos como Sting, Tracy Chapman y Peter Gabriel.
Springsteen, también apodado “The Boss” (“el Jefe”), tiene 61 años y en Santiago de Chile brindó un concierto que se prolongó por algo más de tres horas donde no faltaron los clásicos que lo llevaron a vender en su país 65 millones de discos y en el mundo, 120 millones. Así, Nacido en Estados Unidos y Bailando en la oscuridad fueron dos de los momentos donde la conexión con los 9 mil asistentes fue total. En especial con la última canción en la que, como es su costumbre, al interpretarla hizo subir a cinco mujeres –una de ellas embarazada– para bailar con ellas de manera alternada.
El compromiso político que siempre estuvo presente en sus letras y en su decir no fue ajeno en Chile, país que el día anterior había recordado los cuarenta años del golpe militar a Salvador Allende. En un momento del espectáculo y en español –y de corrido, según consignaron algunos medios chilenos–, el músico dijo: “En 1988 estuvimos tocando para Amnistía Internacional en Mendoza, Argentina. Pero Chile estaba en nuestros corazones. Conocimos a muchas mujeres de desaparecidos y fue un momento que se queda con nosotros para siempre. Es un honor estar aquí”. Luego nombró al cantante trasandino Víctor Jara y acto seguido, guitarra en mano y acompañado por Nils Lofgren también en guitarra, interpretó en español Manifiesto, canción del mencionado artista chileno masacrado por la dictadura de Pinochet en 1973.
Seguramente alguna referencia a su primera visita a la Argentina y a los derechos humanos estará presente en el recital que hoy por la noche brindará en el estadio de GEBA.