A 72 horas de la muerte de Diego Maradona, los imágenes de homenajes de todo tipo se suceden en distintos puntos del planeta. En canchas, la mayoría todavía sin público, los partidos comienzan con varios minutos donde contendientes hacen un minuto de silencio, musicalizan con un tango argentino un video con imágenes del jugador, extienden una bandera gigante en una de sus plateas con un dibujo de su cara o su nombre, o simplemente, proyectan su retrato en las pantallas gigantes con las fechas 1960 -2020. Fuera de los estadios, hay altares populares espontáneos, grafiteros decoran paredes con la silueta o un retrato de Maradona, delegaciones diplomáticas de Argentina reciben flores y banderas para expresar el pesar por la muerte del ídolo, y hasta en potreros de clubes con césped ralo, chicos que nunca vieron jugar a Diego, también le rinden tributo. Y por supuesto, en Nápoles, sus habitantes peregrinan del famoso espacio del Barrio Español conocido como el altar De Diego, al estadio San Paolo donde ayer se amontonaban en sus ingresos, flores, velas, fotos, banderas, camisetas. Y en los sitios web de dos de los medios locales, Il Mattino y Napoles Today, todo era Maradona. Todo. Es decir, la gloria que significó que él vistiera la casaca del Napoli, y también otros aspectos de los que fue protagonista o invitado de lujo.
El día después. En Argentina, sucede lo mismo. Hay un peregrinar por la Bombonera, por Argentinos Juniors, por la mítica esquina de Segurola y Habana, donde está el tríplex en el que hoy sigue viviendo Claudia Villafañe. Y en las canchas que ayer tuvieron disputas deportivas. También, y quizá como era previsible, empiezan a dibujarse derivaciones múltiples de “el día después” a la muerte de, sin duda, el argentino más famoso de la Argentina contemporánea. En lo político, cruces por la represión que se dio en el marco del velorio masivo en la Casa de Gobierno. Un hecho que, por suerte, no comprende a la familia que ya bastante debió -quizá- escuchar de por qué no permitieron una despedida de más de 10 horas. En lo policial, hay una investigación para determinar cómo actuaron quienes estaban a cargo de su cuidado después de la operación del hematoma subdural que le hicieron el 3 de noviembre. Y coberturas periodísticas sobre esto con más interrogantes que certezas. También cuestiones judiciales seguramente pasarán a ocupar una centralidad mediática a pesar de la discrecionalidad que algunos de los protagonistas intentarán mantener salvo que la situación no les deje alternativa. Esas cuestiones van desde un pedido de exhumación del cadáver de Maradona para determinar la filiación -o no- de Santiago Lara, un joven cuyos abogados tramitan en el juzgado de familia número 7 de La Plata un juicio por paternidad. Los abogados de Lara ya expresaron que quieren una muestra de ese tipo porque las de las hijas e hijos no sería del todo “limpia” para cumplimentar un resultado como corresponde. Y, por supuesto, qué pasará con la herencia y sus herederos. Un tema que también tiene hoy más interrogantes que certezas: cuál es el legado de Maradona, los hijos nacidos en Cuba reclamaran su parte, o si dejó un testamento. Mientras eso se resuelva, el mito que ya era en vida, alcanzó otra categoría incomparable a la cualquier ser humano contemporáneo.