El Néstor de bronce: su autor cuenta cómo se hizo la obra

De la noche a la mañana el nombre de Miguel Gerónimo Villalba estuvo en boca de todos. Porque este joven artista de 33 años, es el autor del Néstor Kirchner de bronce de más de dos metros, que avanza con brazo en alto y saco desabotonado, en la nueva sede de Unasur, en Quito, Ecuador. “Hay mucha gente que habla y no sabe nada”, dice Villalba a PERFIL.
El artista se refiere a la polémica y críticas suscitadas esta semana por el valor de la obra: un millón de pesos. “Los que dicen que el precio no les parecía lógico, no tienen idea de lo que cuesta un monumento en bronce. Además, la obra incluye una serie de costos como haber ido tres veces a Ecuador; no es tan sencillo como parece”, agrega.

—¿Es cierto que costó un millón de pesos?
—Sí, un poco menos, pero es ese el precio. Es el costo total del monumento. Es un proceso donde intervienen varias personas, hay proceso de fundición, eso lo hace un taller, con gente a cargo, a quien se le tiene que pagar.

—¿Te molestaron esas críticas?
—Creo que lo que se tiene que preguntar a los críticos es por qué se hizo esta estatua a un ex presidente argentino y por qué esta en ese lugar con tanta trascendencia para toda América, a través de Unasur, que está empezando a resurgir gracias al gobierno ecuatoriano que decidió realizar esa hermosa sede. Cuando estuve en Quito me di cuenta la trascendencia que tuvo Néstor en todo lo que significó Unasur.

—¿Cómo llegás a hacer la escultura de Néstor Kirchner?
—A la gente del Gobierno le gusta mi trabajo, el modo en que lo hago y es por eso que me eligieron. Por una visión artística de ellos hacia mi trabajo.

—¿Qué tipo de visión?
—Les llamó la atención el modelo que hice de Nestor Kirchner en 2011, en el que él  estaba caminando. También todo el fundamento teórico que tiene la obra.

—¿A qué te referís?
—Al movimiento que tiene la obra. El caminar representa mucho en una figura como la de él. Para mí, el era un caminante, una persona que se movía. Antes había una pasividad... Luego llegó él y movilizó. Con esa movilización que generó yo me sentí tocado, así como tantos otros jóvenes.

—¿Simpatizás con este gobierno?
—Sí, totalmente. No tengo militancia política, pero me gusta y me siento kirchnerista.

—¿Te inspiraste en algún momento o situación en particular para la estatua?
—Cuando uno hace una obra de arte que representa a una figura o persona, siempre está condicionado porque debe centrarse en sus características. Entonces, buscás actos o situaciones que representen la humanidad del personaje. Hay en este sentido muchas escenas de Néstor que utilicé para realizar esta obra. Pero hay un acto de él que a mí me llegó mucho y me llamó la atención: fue cuando estuvo en la ESMA y mandó a descolgar los cuadros. El fue a ese lugar, de alguna manera puso el cuerpo. Yo hablo de eso, del movimiento;  del acto de ir. Mi trabajo intenta resumir un poco la humanidad de Néstor Kirchner.

—¿Hiciste alguna otra figura pública?
—Hice otras obras, por ejemplo un (Raúl) Alfonsín. Tengo obras y monumentos en varias provincias de Argentina. Hay otro Néstor en Río Gallegos que la Presidenta me pidió para el primer aniversario de la muerte de su esposo.

—¿Para cuándo el de Cristina? Ella manifestó que promueve los monumentos en vida.
—(Risas). Lo más común es que este tipo de trabajos se hagan cuando la persona ya no está entre nosotros, está como establecido así.    

—¿Pensás que ella o alguien del Gobierno podría pedirte alguna escultura de ella?
—No. Es raro que pidan algo así, no me parece.

—¿Cuáles fueron las repercusiones cuando Cristina lo vio?
—La vi el día de la inauguración. Estaba muy emocionada, era un día muy especial para ella.

—¿Durante el proceso, te pidió algo?    
—No. Ella vio el trabajo terminado. Me dejaron trabajar libremente, sólo me dijeron que esté más sonriente que el anterior.

La controversia por el millón de pesos. El Gobierno envió de regalo a Ecuador el monumento del ex presidente y apenas trascendió la cifra, surgió la polémica por el costo de la obra de Miguel Villalba. Es por eso que la Cancillería tuvo que salir a informar su costo exacto: 977.800 pesos.

En el informe  se detalló por partes que el monto incluyó “todos los impuestos vigentes, derechos, o comisiones, sueldos y jornales; cargas sociales; gastos de personal; gastos y costos generales”. Según consta en la contratación, se trata de una escultura realizada con la técnica de fundición en bronce, de 2,28 metros de alto y un peso aproximado de 600 kilos.

En Costanera Sur las tres obras emplazadas de resina de poliéster –no bronce– de las figuras de Luciana Aymar, Ginóbili y Vilas también generaron polémica, incluso estéticas. Las tres costaron 675 mil pesos.