PROTAGONISTAS
el emprendimiento se llama ‘nave tierra’

Elena Roger y Mariano Torre ya lograron una casa autosustentable

La pareja inauguró esta propiedad construida con neumáticos, botellas y paneles de lavarropas. Galería de fotos

La vivienda se llama "Nave Tierra".
| Gentileza, Sol Agusti

Primero fue un deseo. “Me gustaría hacerme una casa que le haga bien al planeta en vez de destruirlo”, se dijo Mariano Torre tiempo atrás, cuando vivía con Elena Roger en Estados Unidos. Por ese tiempo, en el que aún eran una familia de dos –todavía no había llegado la primogénita, Bahía– y el trabajo de ella los había mudado a Nueva York, la pareja de actores tuvo sus primeras experiencias en viviendas autosustentables. “Vivimos en este tipo de construcciones en Nuevo México. Las probamos en verano y en invierno, para ver si realmente funcionaban en la práctica”, cuenta Torre a PERFIL.

Después de aquella prueba piloto, que resultó un éxito, el deseo no sólo comenzó a teñirse de realidad, sino que fue mutando en algo mucho más grande que un lugar ecológico donde vivir. El puente fue Grupo NAT, una ONG que se dedica al desarrollo de nuevas tecnologías para optimizar el cuidado del medio ambiente. Como representante de dicha organización, Mariano se contactó con Michael Reynolds, referente de la arquitectura bioclimática, para comenzar lo que el jueves último y después de tres años inauguraron: Nave Tierra, la primera construcción autosustentable de Latinoamérica. Ubicada en el centro de Ushuaia –donde nació Torre–, está construida con 350 neumáticos, cuatro mil botellas de vidrio y treinta paneles de lavarropas que se usaron para el tejado de la casa. Todos éstos son materiales no legislados para la construcción, por lo que, a diferencia de lo que sucede en otros países, Nave Tierra no puede ser habitable.

Por eso funciona como centro experimental, que desde hace tres días se puede visitar. “Es una muestra para tomar conciencia. Se trató de volver material el pensamiento de que tenemos que cambiar de rumbo”, resume Mariano.
Porque es cierto, la idea de un hogar que consuma basura y genere recursos suena bien, pero se hace muy difícil imaginar cómo es. No aparece la belleza cuando uno piensa, por ejemplo, en una casa que tiene las paredes hechas con neumáticos. “Los que la recorren se sorprenden y descubren lo hermosa que es y la sensación de bienestar que produce. Además genera mucho impacto, sobre todo cuando las guías comienzan a explicar cómo es su funcionamiento; cómo las aguas se reutilizan, cómo las plantas están dispuestas para generar oxígeno y limpiar el aire”, dice Torre.

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