A horas de haber compartido un encuentro tradicional de millonarios y CEOs de varias de las compañías más importantes del mundo en Sun Valley, Parag Agrawal recibió una noticia que quizá en un algún espacio de su ser creía factible. Es decir, que después del impulso inicial que Elon Musk le dio al anuncio de compra de Twitter por 44 mil millones de dólares, pusiera el freno de mano y no precisamente para luego avanzar y concretarla, sino para hacer todo lo contrario, desestimarla.
En los primeros días en ese resort que tiene más agentes de seguridad privados que invitados, Agrawal fue como CEO de Twitter con su esposa Vineeta Agarwal. Las fotos los muestran caminando en los “recreos” entre conferencias pero, como suele suceder, “lo que pasa en Sun Valley queda en Sun Valley”. No hay off, no hay fotos que no sean las de ingreso o caminatas alrededor del resort donde todos se hospedan y se reúnen, y Agrawal era una de las personas más buscadas por los medios que igualmente se concentran en ese lugar para lograr alguna declaración que dé una idea que está pasando por las cabezas de algunos de los nombres que manejan destinos varios e inciden en la economía de Estados Unidos y también en la global.
La incógnita es qué jugada financiera esconde Elon Musk al no comprar Twitter
De hecho en esa “arena” estuvo también Elon Musk el jueves. Su ingreso fue por una puerta lateral y a horas de que en el Washington Post se informara que estaba en grave peligro el acuerdo por la compra de Twitter. El argumento era el que venía planteando el hombre más rico del mundo: su preocupación por la cantidad de bots en la plataforma. Ese día también, el CEO de dicha red social estaba allí, pero no hubo fotos juntos. Y ayer sábado, con la información de la no compra de Twitter como la gran noticia corporativa, Musk subió a dar su conferencia y dejó a toda la platea de empresarios con los mismos interrogantes que tenían antes de escucharlo. Cero comentario de su accionar, y mucho o todo de su ponencia fue una alocución sobre su visión del futuro de los seres humanos en Marte. Incluso mencionó que “el planeta rojo” era una póliza de seguro de vida civil en caso de un desastre natural o de otro tipo que afectara a la Tierra. Esto es lo poco que se pudo reconstruir de un evento que como se menciona al principio de esta nota, es blindado a los medios. Pero al parecer, por lo informado por sitios como Bloomberg y otros similares, esta vez hubo susurros de algunos de los presentes o de sus voceros. Musk no es un hombre que coseche empatía de varios de sus pares.
Ante millonarios, Musk habló que Marte es un refugio posible para los humanos.
Qué pasó. La red social “no cumplió con las obligaciones contractuales y no proporcionó la información solicitada”, decía en la carta enviada por el abogado de Elon Musk al departamento legal de Twitter, misiva de la que la SEC (Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos)recibió una copia. El punto de quiebre fue, según el millonario, que los datos facilitados por Twitter sobre las cuentas de spam no eran comprobables. Musk había estado pidiendo estas cifras durante un tiempo, pero la junta directiva de Twitter acordó comunicárselas hace solamente hace un mes en un intento por avanzar con las negociaciones y comenzar el cierre del trato, con el voto de los accionistas sobre la compra que se cerraría definitivamente a principios de agosto. Además, dicha compañía había accedido a entregarle a Musk el ingreso de todo su Firewall, es decir, a la cantidad de datos que también incluye los más de quinientos millones de tuits publicados a diario. Hace tiempo que Twitter dice que las cuentas falsas son el 5% del total de cuentas que tiene la red, pero para Musk eran mucho más. “En algunos casos, Twitter ha hecho caso omiso de las solicitudes de Musk, en otros, las ha rechazado por motivos que nos parecen injustificados, y en otras entregó información incompleta o inservible”, se detalla en la carta del abogado del millonario. Por supuesto, la respuesta de la red social fue inmediata y anunció su intención de demandarlo.
Agenda. A fines de mayo, cuando las negociaciones habían comenzado a estancarse, hubo una reunión virtual entre los directivos de Twitter. En un artículo publicado al respecto en The New York Times, se menciona que en ese zoom Parag Agrawal admitió que estaba agotado. “Estaba como superado por los problemas internos de Twitter (por el cambio de manos que finalmente no se hizo), y por el huracán mediático que el acuerdo con Musk había generado. Pero también transmitió una sensación de aceptación de su situación y dijo que seguiría adelante con sus planes para la empresa”.
El presente abrió un nuevo capítulo en la saga que lleva meses y que seguirá por varios más. Si en mayo Parag Agrawal estaba agotado, ahora la tranquilidad no es precisamente su estado natural. Desde afuera, aún no se descubre el motivo de la jugada de Musk y esa es la gran incógnita.