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“Fátima Flórez imita muy bien a Cristina”

Separado de Florencia Kirchner, celebra hoy su primer Día del Padre. Habla de Helena –la hija que tuvo con la joven–, de su ex suegra y de su presente político.

Canchero. Camilo asegura que lava ropa, da mamaderas, papilla y baños, y que cambia pañales.<br>
| Marcelo Aballay

Con sus intrépidos y alegres nueve meses, Helena se esfuerza y, persistente, se sirve de las estanterías hasta que logra su objetivo: un libro de colores llamativos en una de las bibliotecas. Casualidad o no, se trata de un libro infantil sobre Juana Azurduy. Luego toma otro: el de Frida Kahlo, que con más colores llama su atención. Se deja caer al suelo y, con la satisfacción de quien alcanzó lo que buscaba, vuelve a sentarse.

Así es Helena, la hija de Florencia Kirchner y Camilo Vaca Narvaja, quien hoy vivirá su primer Día del Padre. En diálogo con PERFIL, define la paternidad como un “hermoso sacudón al ego”, y a Cristina como una “abuelaza”. Separado de Florencia, es lo que se llama un padre todoterreno.

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—¿Qué significa Helena en tu vida?
—Si tuviera que poner en palabras lo que siento te citaría la letra de Luca, la canción que Herbert Vianna le dedicó su hijo. “Por un instante me olvido de lo que soy, por un instante no me acuerdo de tener miedo. Todo es nuevo para mis ojos viejos, todo es nuevo para tus ojos nuevos”.

—¿Es la primera nena de la familia?
—Sí, tengo tres sobrinos varones, y Flor a Néstor Iván. Así que Helena fue muy esperada por todos. Es la primera mujer de la familia, y muy consentida por los abuelos. Yo siempre quise tener una nena porque siento que te presenta todo un mundo nuevo para conocer. Y me da un gran enamoramiento obvio. Estoy encantado. Para mis viejos, además, fue volver a ser abuelos y poder disfrutarla como no pudieron con sus hijos, por los exilios. Así que cuando están con ella son felices, se les cae la baba. Su llegada nos llenó de alegría.

—¿Hacés todo?
—Por supuesto: cambio pañales, lavo la ropa, la baño... todo. Y ahora que empezó con la papilla es una muda por comida. ¡Un escándalo!

—¿La separación influyó en tu rol de padre?
—Creo que si no nos hubiésemos separado, yo haría lo mismo que ahora. Aunque está claro que el proceso de separación es doloroso para cualquiera. Pero con Flor decidimos que era lo mejor tanto para nosotros como para la beba. Y los dos nos apoyamos mucho, somos muy flexibles y ante cualquier problema estamos siempre.

—¿La van a bautizar?
—La idea es que ella pueda elegir. A mí me dieron esa posibilidad de más grande y lo hice. Mi familia es muy católica. Flor también está bautizada y piensa igual que yo. Igual nos gustaría que el padrino sea Eduardo Valdés –ex embajador en la Santa Sede–, porque es amigo de las dos familias. Y la madrina, una amiga de Flor.

—¿Cómo es Cristina como abuela?
—Está muy presente. Más que mi madre en el sentido de algunas indicaciones, y lo digo para bien. Cuando nació se ocupó del tema de la ropa, de la habitación, y tomó todos los recaudos. Está en todos los detalles. Cuando estuve en el Sur por las fiestas, Cristina nos gritaba desde la puerta que abrigáramos a Helena cada vez que salíamos.

—¿Viste “ShowMatch”?
—¡No! Me lo preguntan todos. Termina muy tarde y yo me levanto muy temprano. Pero trato de verlo cuando hay cosas de política. Está perfecto.

—¿Viste a Fátima Flórez imitar a Cristina?
—Sí, es muy buena. En lo personal, Cristina es diferente a lo que se ve en los actos. Es muy cálida y tiene mucha empatía. Con su militancia también.

—¿Y tu mamá (María Fleming, ex militante de Montoneros) cómo es como abuela?
—Es cálida y suave, ¡la antítesis de la madre guerrillera! Para que te des una idea, la prima de mi mamá, Catalina, era modelo en Rosario, y estando embarazada sedujo al comisario y desenfundó su arma para liberar a su marido, que estaba detenido. Esas son las mujeres de la familia.

—Flor dijo en un reportaje que de la crianza de sus padres repetiría la libertad. ¿Vos?
—¡También! Compartimos la misma visión. Queremos que ella elija lo que quiera ser. Nosotros le daremos las herramientas necesarias para que pueda hacerlo y la apoyaremos en lo que decida.

—¿Cómo cambió tu vida después de la separación?
—Mi vida siempre fue igual. Sigo en el mismo departamento y tengo la misma moto. Lo vivo con naturalidad, trato de que no me cambie lo que venía construyendo. Hoy soy docente, me recibí en Sociología en una universidad pública... No me cambió en nada mis ámbitos de militancia ni mis relaciones personales. Me crié así, vengo de una familia que tiene esa concepción. Laburé desde los 16 años en una gomería de Parque Avellaneda haciendo parches y balanceos, soy hincha de All Boys, y mi mejor amigo sigue siendo el mismo con el que hacía kick-boxing y que salió de las drogas.

—¿Tendrías más hijos?
— Mas adelante, sí.

“Lo de José López indigna”. La reciente detención de José López tras ser descubierto arrojando bolsos con dólares sacudió a todos. Al respecto, Vaca Narvaja fue implacable. “Genera mucha indignación. Uno espera que le caiga todo el peso de la ley si la Justicia lo comprueba. Daña a toda la sociedad. No sólo al espacio político. Es corrupción, y hay que ser totalmente duros en la condena”.

Ante la pregunta sobre qué le pasa cuándo se asocia a Cristina con Lázaro Báez, responde: “Que investigue la Justicia. Cristina se fue sin fueros. Al principio vi mucho show judicial que poca relación tenía con los hechos. Uno espera sentencias concretas y una Justicia independiente. Pero con Cristina estoy tranquilo, porque ella se fue sin fueros. Hay que investigar todas las denuncias”.

Camilo sigue comprometido con el “proyecto”, y hoy reparte su agenda laboral entre las clases que da en la universidad, su trabajo en el Congreso junto a Remo Carlotto y sus actividades con Julián Domínguez en la Provincia. A su vez, despunta el vicio de la radio con el programa dominical Un poco nomás en AM 750, con Eduardo Valdés.

Y, fiel a sus convicciones, sentencia: “Hay ideales y valores que son más importantes y no se cambian ni manchan por hechos de algunos personajes en particular”.