Encontrar la mirada propia no es fácil. Ver por uno mismo, en un principio, significa dejar de usar de los ojos de los padres. Esto, que para cualquier joven es un tema, probablemente sea una tarea casi titánica para Florencia Kirchner. Quizás por eso fue que eligió dedicar su vida a estar detrás de una cámara, al cine, que es “un tema de qué dejar afuera o adentro del cuadro”, como alguna vez dijo Martin Scorsese. O a lo mejor fue la influencia de su mamá cinéfila, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Como sea, parece que la vocación de Florencia para el séptimo arte va en serio. Ahora mismo es la figura del festival de cine Unasur que en San Juan, va por su segunda edición.
Esta noche, en una gala especial, se espera que la joven cineasta presente La propia mirada, un proyecto que reúne varios cortos realizados por habitantes de barrios “vulnerables”, que actuaron y filmaron sus propias historias.
La menor de los Kirchner, que tiene 23 años, es la coordinadora general del proyecto. Se llevó a cabo de forma colectiva y gracias al Unasur y a la Fundación Cine con Vecinos, una iniciativa comunitaria para potenciar la creación cinematográfica a partir del acceso a las nuevas tecnologías digitales.
Se trata de seis películas filmadas en seis barrios: La familia, en el barrio Evita, en Caseros; Mi barrio, en la villa número 15 de Lugano, Emergencia, en el barrio Cildañez; Mi caballo, en el barrio La Garrote de Tigre; Hay equipo, en el barrio María Teresa de Calcuta, en San Juan; y Kevin, en Villa Paula, en el departamento cuyano de Chimbas. Por todos esos lugares estuvo Florencia durante junio, julio y agosto.
“Cuando uno conoce el lenguaje puede plasmar su visión, cuando uno tiene la cámara la puede registrar, pero cuando falta la vía que la va a mostrar todo parece desplomarse. Las luchas para abrir las vías se fueron multiplicando, y más miradas comenzaron a plasmarse en los cines, televisores, y también en el mundo virtual, internet. Falta, y mucho para que esas vías sean completamente abiertas, quienes queramos eso, tendremos que buscar las mil y una formas para seguir moviendo las barreras que las traban. La propia mirada es una de esas formas”, explicó Florencia en el texto que escribió a modo de presentación del film.
“La propia mirada es una de esas formas. No vendrán grandes cineastas a hablarnos de lo que sucede en los barrios. No vendrán periodistas a hacer informes. Tampoco vendrán cabezas de la multimedia a explicarnos como sienten aquellos que no son ellos. Ellos, los trabajadores y trabajadoras, las amas y amos de casa, los y las jóvenes del barrio, luego de una charla sobre el lenguaje del cine, tomarán en sus manos las cámaras y registraran de la manera más libre a modo de ficción o documental eso, eso que los representa, su propia mirada.” Con esas palabras decidió agrupar todo lo que tenía para decir sobre su segunda producción.
Desde la organización de Unasur Cine hacen todo lo posible para ayudar a la hija de la Presidenta en esto de preservar la intimidad. La cuidan, y mucho. La joven pisó tierras cuyanas el jueves a la noche y se alojó en el hotel Del Bono Park. El viernes hizo su aparición en la apertura de festival, y hasta que no fue mencionada, el público y la prensa no habían notado que estaba en la primera fila.
Ayer, sin perder tiempo en esconderse de los medios y aprovechando su visita a la región de Cuyo, ayer viajó a Mendoza para estar en el recital del Indio Solari.