PROTAGONISTAS
el arquitecto murió a los 96 años

Frank Gehry fue un ‘stararchitect’ que hasta apareció en un capítulo de ‘Los Simpson’

Hace exactamente veinte años, Frank Gehry fue retratado como el arquitecto estrella que Marge, la esposa de Homero Simpson, contrata para diseñar una nueva sala de conciertos para su pueblo natal. Este canadiense tenía entonces 73 años y hacía ocho años que se había reafirmado como un arquitecto estrella porque con su diseño del Museo Guggenheim de Bilbao demostró cómo la belleza de la arquitectura puede transformar una ciudad. Los edificios de la Fundación Louis Vuitton y de Walt Disney Concert Hall, o la Casa Danzante, en Praga son otros ejemplos de la creatividad de Gehry.

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Categorías. “Hay quienes diseñan edificios que no son ni técnica ni financieramente buenos; y otros que sí lo hacen”, decía Gehry. | afp

El arquitecto Frank Gehry, considerado como el maestro del deconstructivismo, con una variedad de obras emblemáticas, desde el Museo Guggenheim de Bilbao hasta el Walt Disney Concert Hall en Los Ángeles, murió este viernes a los 96 años. Esto sucedió en su casa de Santa Mónica (Califonia) “tras una breve enfermedad respiratoria”, indicaron por correo electrónico desde su empresa. Este canadiense nacido en Toronto en 1929 fue quizá el más grande de los llamados starchitects (arquitectos estrellas). Este es un grupo de élite que incluye a Renzo Piano, Rem Koolhaas, Zaha Hadid y Norman Foster, y por que no también al uruguayo Rafael Vigñoli, al brasileño Oscar Niemeyer, al mexicano César Barragán, y al argentino César Pelli. Como varios de los mencionados, Gehry disfrutó de su fama pero detestaba la etiqueta de stararchitect.

Lema. “Hay personas que diseñan edificios que no son técnica ni financieramente buenos, y otras que sí lo hacen; son dos categorías, simple”, dijo Frank Gehry a diario británico The Independent en 2009. Su genio artístico y su audacia brillaron en sus complejos diseños, como las doce “velas” que envuelven once volúmenes de hormigón fibrado blanco que dan al edificio de la Fundación Louis Vuitton –ubicado en París– el efecto de una carabela gigante. A esto Gehry le sumó un sistema de recuperación de agua de lluvia a través de la cubierta acristalada, cuyos trece mil quinientos metros cuadrados están formados por paneles únicos y moldeados a medida.

Gehry popularizó la arquitectura contemporánea y se volvió una personalidad tan destacada que incluso apareció en un capítulo de Los Simpson. “Trabajo con clientes que respetan el arte de la arquitectura”, dijo en 2014, según su biógrafo Paul Goldberger.

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Cambio de nombre. Frank Gehry nació como Frank Owen Goldberg en Toronto, el 28 de febrero de 1929, en el seno de una familia judía que se mudó a Estados Unidos a fines de la década de 1940. Pero este arquitecto cambió su apellido a Gehry para evitar convertirse en blanco del antisemitismo.

Estudió arquitectura en la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles, donde se graduó en 1954 antes de alistarse en el ejército estadounidense. Más tarde continuó su formación en planificación urbana en la Universidad de Harvard, aunque no terminó el programa. Entre 1952 y 1966 estuvo casado con Anita Snyder, con quien tuvo dos hijos. Y se volvió a casar en 1975 con Berta Isabel Aguilera, con quien tuvo otros dos hijos.

Su carrera comenzó en el estudio del arquitecto Victor Gruen, pionero en el diseño de centros comerciales de Los Ángeles (Estados Unidos). Luego se trasladó a París para trabajar con André Remondet. De regreso a California, abrió su propio estudio a principios de la década de 1960. Los años 1970 y 1980 marcaron el comienzo de una larga serie de logros arquitectónicos audaces e innovadores, muchos de ellos en el sur de California.

Cercano a la vanguardista escena artística “funk” de California, el estilo deconstructivista y experimental de Gehry es difícil de categorizar. Muchos de sus edificios se reconocen por sus fachadas metálicas de forma irregular que pueden parecer papel arrugado, y solamente pudieron realizarse con la ayuda de herramientas de diseño por computadora, que Gehry adoptó plenamente. Una de las obras donde esto se refleja mejor es la remodelación de su propia casa en Santa Mónica, de 1978, donde residió durante mucho tiempo. Allí el metal corrugado envuelve la construcción original que era de los años veinte. Gehry terminó la década de 1980 con el máximo honor arquitectónico: el Premio Pritzker que le fue otorgado en 1989. César Pelli fue jurado de ese “Oscar de la arquitectura”, durante cuatro años aunque nunca lo ganó a pesar de haber sido nominado en 2013.

Efecto Bilbao. Casi una década después, Gehry presentó el que posiblemente sea su diseño más emblemático: el Museo Guggenheim de Bilbao (España), que le valió el reconocimiento y la fama internacional. La obra de piedra caliza y vidrio, con paredes curvas revestidas de escamas de titanio, es fácilmente reconocible como un diseño de Gehry, y fue descrito en una ocasión por su colega estadounidense Philip Johnson como “el mejor edificio de nuestro tiempo”.

Este conjunto de formas heterogéneas requirió para su diseño de un software de la industria aeroespacial y de la intervención de alpinistas para instalar las cerca de treinta y tres mil láminas de titanio ultraligero de la fachada. Este museo contribuyó a revitalizar el antiguo corazón industrial de esa ciudad del país vasco, atrayendo a un promedio de un millón de visitantes de todo el mundo. Y dio lugar a la expresión “efecto Bilbao” para explicar cómo la belleza de la arquitectura puede transformar una zona geográfica. En Abu Dhabi, capital de Emiratos Árabes Unidos, Gehry estaba construyendo una nueva Fundación Guggenheim junto al Louvre que construyó Jean Nouvel, otro premio Pritzker.

Tecno. Muchos de los diseños de Frank Gehry requieren cálculos complejos, que él llevó al límite. Durante un tiempo, los arquitectos evitaron el uso de formas redondeadas o curvas, ya que causaban dolores de cabeza a los ingenieros y provocaban un gran aumento de los costos de construcción. Gehry se opuso a ello y utilizó un software de modelado 3D similar al que usan las empresas aeroespaciales. Así, logró crear formas únicas y mantener los costos en línea con lo que los promotores estaban dispuestos a pagar por un edificio más convencional, no inicialmente “un Gehry”. El Centro Lou Ruvo para la Salud Cerebral de Las Vegas, cuyas paredes y ventanas parecen derretidas bajo el sol del desierto, es un ejemplo clásico de su visión innovadora. “Me encanta trabajar. Me encanta resolver problemas”, dijo Gehry en 2019 al diario británico The Guardian.