Juancito está en penitencia. “Pero ma, ¡por favor!”, se queja ante una madre de postura tajante. “Cuando digo no, es no. Cortala”, le responde seria Karina. El reto nada tiene que ver con la incursión que su hijo –y el de Miguel Angel Pierri– hizo en un programa de televisión, donde este joven dejó grabada una frase que quedará en los archivos de la tevé: “Boludo, mató a Angeles”.
Es viernes, son las 11 de la mañana y el niño de 6 años intenta con besos y abrazos que su madre se apiade de él. Mientras Pierri habla por su teléfono, Karina le retribuye los mimos y levanta el “castigo” por algo que le dijo que no le gustó. Juancito, finalmente, irá a un cumpleaños del colegio que tiene hoy por la tarde.
Aunque él no lo diga, ésta fue una de las semanas más complejas que tuvo Pierri, el abogado de Jorge Mangeri, principal acusado en el crimen de Angeles Rawson. No tuvo que ver con ningún giro en la causa sino con las “declaraciones” espontáneas que hizo su hijo en el programa Contámelo todo. Miles de televidentes lo vieron en vivo. Y cientos de miles vieron la escena por internet y por programas de televisión abierta que la repitieron. “Nos sorprendimos, Juani es un chico callado en el colegio”, dice Karina. “En el momento pasó, pero cuando salí del programa me evidencié de lo que estaba pasando. Juan es un chico libre y lo que dijo fue por asimilaciones que hace luego de ver la tele, de lo que escucha en la calle. Yo no hablo del caso Angeles con él”, agrega Pierri.
El abogado y su mujer recibieron ayer a PERFIL en su casa de un barrio privado de zona norte. La familia vive aquí desde hace poco: lo que comenzó siendo una casa de fin de semana ya se convirtió en un nuevo hogar que les permite estar relajados. Sin embargo, durante la semana Pierri conserva una rutina bastante agobiante: se levanta a las cinco y media de la mañana, atiende llamados de clientes en el exterior, desayuna, mira los noticieros y viaja 50 kilómetros para estar todo el día en su estudio del microcentro porteño. El caso Angeles ha hecho que la jornada se extienda hasta las nueve de la noche. A veces, luego de hacer otra vez los 50 kilómetros, vuelve a su casa pasada la medianoche.
Resulta llamativo: Pierri tiene el caso policial del que habla todo el mundo pero se lo ve muy tranquilo. El hombre que tiene la misión compleja de probar la inocencia de Mangeri conserva un buen semblante. “La gente en la calle me dice que siga adelante. Me dan su pulgar hacia arriba, no confían en la investigación”, dice inflando el pecho.
Ser abogado de acusados de homicidios no es un mote bien visto, aunque, dice, sabe que es parte de su trabajo. Tildado de abogado “sacapresos”, Pierri tiene entre sus mayores detractores a su madre. “Otra vez, otro más”, le suele decir ella. “Ahora está más tranquila, por suerte –acota soltando una risa–. Ella entendió que el hecho de que yo defienda a personas sospechadas de delito no significa que avale lo que hicieron”. Sin embargo, no hay dudas de que el caso Angeles cambió la rutina de esta familia. “Nos vemos menos todos. Modificó el hecho de que llamen mucho por teléfono, la prensa sobre todo. Después, a nivel social también; es un caso que estuvo en cadena nacional”.
—¿Es fácil estar al lado de un hombre como Pierri y encima con este caso?
KARINA RANNI: No lo es... muchas veces hay que respetar sus silencios. Uno es un ciudadano, escucha, quiere saber qué pasa. Pero no hay respuestas. La gente no me cree, pero él no comenta las cosas de su trabajo...
—¿Nada?
R: No, o como buen abogado, te sale con otra cosa y no le entendés. No cuenta por una cuestión de seguridad. Y no sólo con lo de Angeles. Fijate si en el triple crimen me hubiese contado cosas. Lo hace justamente para proteger a su familia; yo me entero por los medios. O lo que puedo escuchar cuando habla por teléfono. “¿Y cómo va la cosa?”, le pregunto. “Vamos bien”. No especifica mucho. Yo también tengo amigos, conozco gente que también me puede preguntar. A uno sin querer se le va la lengua.
—¿Como le pasó a Juani?
R: El tema con Juan es que tiene muy incorporado de su padre la cultura del trabajo. Para mí Juani quiso hacer delante del padre como que él acotaba. “Yo del fallo sé, papá”, quiso decir. Pero en realidad no sabe nada.
—¿Miguel, vos le contaste algo ?
PIERRI: No. El domingo, acá en el quincho, me preguntó: “Papá, ¿qué pasó con Angeles?”. Y le dije: “Mirá, Juan, a esta nena alguien malo la mató”. Me preguntó cómo fue y le dije que no importaba. “Papá está trabajando en el caso y voy a buscar la verdad”. Fue la única charla que tuve con él.
—¿Lo retaste?
P: No, para nada. Lo que quiero es dejar pasar unos días para hablar con él sobre el tema, para que tome dimensión de todo. Si le preguntás por qué dijo que Mangeri mató a Angeles, dice: “Porque lo escuché en la tele y la tele no miente”.
—¿En su cuarto tiene televisión?
P: Sí, mira dibujitos pero es inevitable que ponga el informativo antes de ir al colegio.
—¿Y ahí qué le dijeron?
R: Me llamó la atención que, incluso antes de esto, los chicos hablaban del tema Angeles. Juan me dice: “Yo sé cómo la mató, la puso en una bolsa”. Y cuando le pregunto quién se lo dijo, me responde sobre una compañera de 7 años, ¿entendés? Ahora se hizo un poco famoso en el colegio. Me cuenta: “Los chicos quieren que diga malas palabras”.
—Miguel, el jueves estuviste en la cárcel con Mangeri. ¿Te dijo algo?
P: Primero yo le dije que le presentaba mi renuncia si así lo quería. Se rió y me respondió: “Doctor, mi sobrino, que tiene un año más que su hijo, a veces me cuentan que dice cosas a favor mío y otras no. Eso es la televisión y lo comprendo. Así que por favor no se aleje de la causa”.
—¿Qué pidió Juancito para el Día del Niño?
R: El disfraz de Hulk, el muñeco de Iron Man, el auto de Turbo con su reloj y linterna, y seguramente lo despierte con un desayuno infantil especial de Monsters.
En la web: un millón de visitas
Miguel Angel Pierri asistió a un programa televisivo acompañado de su pequeño hijo. El momento incómodo que pasó en la tele se convirtió en un éxito de YouTube: el video completo fue visto en una semana por 300 mil personas. Incluye varios extractos: el momento en que Leo Rosenwasser le pregunta a Pierri si él sentía que habían matado a una nena de 16 años, y antes de que el letrado respondiera, Juani levanta la mano y dice: “¡Yo sé como la mató!”; el momento en que le preguntan si Mangeri es inocente y, luego de que Pierri respondiera que el portero “es un señor inocente que está pasando por el peor momento de su vida”, su hijo lo interrumpe diciendo: “¡Pero boludo, mató a Angeles!”. En cuanto al corte exacto en que el hijo del abogado dice esta frase, ya fue visto por un millón de personas.