PROTAGONISTAS
Una inversion de US$ 120 millones

“Juntos nos potenciamos”, aseguran Alan Faena y Eduardo Costantini

Los máximos exponentes del real estate en Argentina se asocian para el desarrollo de dos edificios y una plaza con obras de arte en el corazón de Puerto Madero.

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Los máximos exponentes del real estate en Argentina se asocian para el desarrollo de dos edificios y una plaza con obras de arte en el corazón de Puerto Madero. | cedoc

Sus apellidos son sinónimos de arquitectura, diseño y arte. Juntos podrían ser catalogados como el Lennon y el McCartney de los emprendimientos edilicios en Argentina. Alan Faena y Eduardo Costantini no necesitan mucha presentación; sus obras en Buenos Aires y Miami son el resultado de una carrera que lleva más de veinte años. Hoy, ambos decidieron unir sus fuerzas para un objetivo común en Puerto Madero.

Costantini hará una inversión total de aproximadamente 120 millones de dólares para construir dos edificios y una plaza en este terreno que da al Faena hotel. Ambos empresarios se unen para la creación del proyecto Oceana Puerto Madero, que se ubicará en el último y amplio terreno disponible sobre el espejo de agua del Dique 2 frente al Faena Hotel Buenos Aires.

Faena colaborará en su diseño y concepto. “Tengo expectativas muy elevadas porque con Eduardo creemos mucho en lo que hacemos, juntos nos potenciamos. Sin dudas nuestros apellidos potencian este lugar, que ya es un ícono de la ciudad”, dice desde Miami Faena. “La expectativa es grande porque es el primer proyecto de Consultatio y mío personalmente, que sería como una tercera o cuarta generación en Capital. Hacía años que estábamos buscando un terreno para hacer algo residencial. Queríamos algo de buena calidad y bueno, y se alinearon las cosas para comenzar una experiencia que es una asociación en lo creativo con un desarrollador como es Alan, a quien conozco desde hace más de veinte años”, cuenta desde Nueva York Costantini.

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¿Que admira cada uno del otro? Costantini dice que la visión para los negocios de Alan. “Es una persona que realmente amplió los límites, sobre todo en Buenos Aires, donde tuvo la gran visión y sensibilidad de concebir un conjunto de edificios, convocando a nombres de la arquitectura y el diseño internacional, y hacerlo a través de la creación de una marca propia. En los proyectos cuida los mínimos detalles desde el punto de vista de la creatividad y la calidad. Eso se ve muy bien en lo que hizo en Miami”, explica el dueño del Malba. “De Eduardo admiro su integridad para los negocios, el olfato también, y una cosa que nos une, como es el amor por el arte”, agrega por su parte Faena.

Sin dudas ambos apellidos se potenciarán con este proyecto. Y ellos lo saben. “Es una unión en la que la suma de las partes va a dar algo mayor. Nosotros tenemos la sensibilidad de la creatividad del arte, de lo estético, la sensibilidad de la arquitectura”, dice Costantini. “Para mí siempre ha sido fundamental sumar las mentes más interesantes de nuestro tiempo y trabajar en colaboración con ellas. En este caso, Eduardo es una persona cuya trayectoria e impecabilidad siempre admiré, y sé que juntos nos potenciaremos”, aporta Faena.

Ambos empresarios están entusiasmados y coinciden en que el rumbo económico, en el plano de la construcción, es favorable. “Hay más posibilidades para los negocios. Son épocas más amigables y por eso estamos avanzando en este tipo de trabajos que nos permiten crear cosas nuevas en la ciudad”, dice Faena.

Costantini sostiene que Argentina se encuentra en un período de transición. “Vamos en busca de un equilibrio macro a largo plazo. Tienen que converger los números fiscales, alinearse precios relativos. Y a su vez la distribución de la torta, el ingreso, las cosas básicas de un país estable como lo puede ser Chile. Argentina nunca en los últimos setenta años lo ha logrado. Me parece que, del desequilibrio inicial que dejó el último gobierno, el actual tiene la intencionalidad de lograr un equilibro sostenible. Estamos en ese tramo del intento y hay una expectativa favorable del inversor”, concluye.


Una pasión: el  museo propio

Un colección de arte es una carta de presentación mucho más poderosa que megaobras de infraestructura. Y además la manera de hacer “popular” un nombre. Carlos Slim tiene el suyo en México, Bernard Arnault inauguró el suyo en París en 2016, Francois Pinault exhibe su colección en Venecia y hasta Miuccia Prada abrió uno en Milán. Hay muchos más otros más y en esa línea están Eduardo Costantini y Alan Faena. El primero, hizo del suyo un clásico de Buenos Aires. El segundo abrió primero su Faena Arts Center en Puerto Madero con propuestas temporarias y a comienzo de año inauguró un museo con su nombre en Miami para potenciar su desarrollo inmobiliario.