La desaparición de su padre en manos de la última dictadura militar argentina obligó a su familia a exiliarse en España cuando ella tenía cuatro años. Y fue allí donde desarrolló su carrera como actriz. Hoy, María Botto, con 41 años, se cuela en el mundo hollywoodense de la mano del consagrado actor y galán inglés Joseph Fiennes y con el consentimiento del papa Francisco.
Vestida con un diseño en crudo y mangas tres cuartos del modisto español Hannibal Laguna María no pasó desapercibida en la presentación en el Vaticano de su nuevo film llamado Risen que significa “resurrección”, una película dirigida por el estadounidense Kevin Reynolds que relata la muerte y resurrección de Cristo. La historia se basa en Clavius, un centurión interpretado por Fiennes, quien intenta cumplir con la tarea que se le asignó: averiguar dónde se encuentra el cuerpo de Jesús. Y si hay un personaje que no podía faltar en una historia así es el de María Magdalena, la discípula de Jesus que hace que Botto muestre todos sus matices en el arte de la interpretación.
Nunca más acorde, la presentación de la película tuvo lugar en la filmoteca del Vaticano. Entonces, la actriz rozagante de alegría compartió varios momentos a través de su cuenta de Instagram junto al protagonista. Más tarde se hizo la conferencia de prensa de rigor en la que Botto, con cambio de look incluido, destacó su papel como María Magdalena por su “sensación de paz” y su capacidad para “luchar y defender a los suyos”.
Con una sonrisa que sobresalía de su rostro dijo: “Lo que me fascinó cuando leí el papel de María Magdalena fue la sensación de entenderla en muchos aspectos, de entender su sufrimiento, esa generosidad y esa sensación de paz, de tener la verdad”. Y agregó la actriz dos veces nominada a los Premios Goya: “Con este personaje aprendí tantas cosas... Esa sensación que tiene María Magdalena de que va a luchar y a defender a los suyos, que puede dar su vida por lo que cree”.
Botto lleva la actuación en la sangre debido a su padre actor, Diego Fernando Botto, y a su madre, Cristina Rota. Incluso su hermano Juan Diego, que brilló en la película argentina Martín (Hache), hace lo suyo en el arte de la actuación a la vez que es reconocido como director. Ella por su parte, siempre dijo que a sus 12 años ya sabía que quería ser actriz y sin dudarlo se anotó en el centro de estudios que su madre creó en España apenas llegaron a esas tierras y que hoy es conocido por su rigor.
Ahora, la actriz, que se lució en varios trabajos en España, atraviesa su mejor momento. No sólo tiene la oportunidad de filmar en Hollywood sino que además aprovechó sus días en el Vaticano, al igual que Fiennes, para visitar al Papa en la audiencia pública de los miércoles.
Ella abrigada con un sobretodo color crudo que dejaba ver su espléndido vestido esperó junto a Fiennes y su familia la llegada del Sumo Pontífice y al verlo lo abrazó y lo besó al tiempo que le agradeció por su maravilloso presente.