PROTAGONISTAS
Harry y William, juntos en Londres

La estatua de Lady Di reunió a sus hijos y a fans

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Juntos. Harry y William se encontraron con sus tías maternas, Sarah y Jane, en la inauguración de la estatua. Ayer hubo fans. | apf

A menos de 24 horas de descubrirse la estatua de Diana de Gales, muchos ingleses visitaron el lugar que sin duda se convertirá en parte del circuito turístico de Londres. Por su ubicación en uno de los jardines privados del palacio de Kensington, los fans de Lady Di y turistas solamente podrán tomar fotos a distancia de la estatua. Esto es, no podrán tocarla ni dejarle ofrendas florales. La estatua propiamente se hizo en ocasión de los 60 años que el 1° de julio hubiera cumplido la fallecida princesa. Obra del artista Ian Rank-Broadley, es una figura de bronce que representa a Lady Di rodeada de tres niños y la idea fue representar la “universalidad y el impacto generacional” de la obra y legado de ella. Su peinado corto –un sello suyo–, su vestimenta y su aspecto general se basaron en el que Diana llevó el último período de su vida. Más allá de la fecha de inauguración se colocó una placa en el espacio circundante un fragmento del poema La medida de un hombre, que dice “Estas son las unidades para medir el valor/ De esta mujer como mujer sin importar su nacimiento./ ¿No cuál era su posición?/¿Pero tenía corazón?/¿Cómo interpretó el papel que le dio Dios?”. 

Reencuentro. Si ya la estatua generó curiosidad, el encuentro de los dos hijos de Lady Di potenció el acto de inauguración que fue el jueves último. Allí Harry y Williams fueron los encargados de descubrir la obra y entre los invitados estuvieron parientes que, desde la muerte de la princesa, no estaban en los medios. Infaltable, su hermano Carlos, el de más alto perfil de la familia Spencer, y además las otras dos hermanas, Sarah y Jane. Dada la logística del acto de inauguración, los hijos de Lady Di no tuvieron contacto directo con los medios. Sí firmaron un comunicado conjunto: “Hoy, en lo que habría sido el 60 cumpleaños de nuestra madre, recordamos su amor, fuerza y carácter, cualidades que la convirtieron en una fuerza para el bien en todo el mundo, cambiando innumerables vidas para mejor. Todos los días deseamos que ella todavía esté con nosotros, y nuestra esperanza es que esta estatua sea vista para siempre como un símbolo de su vida y su legado. (…) Gracias a Ian Rank-Broadley, Pip Morrison y sus equipos por su excelente trabajo para que esto sucediera y también a todos quienes alrededor del mundo  mantienen viva la memoria de nuestra madre”.