La noticia de que el príncipe Guillermo y Kate Middleton inscribieron a sus tres hijos en la Lambrook School resurgió los "oscuros recuerdos de" exalumnos sobre la durísima vida en esa escuela, donde hace tiempo reinaban "el miedo, soledad, humillación, crueldad, palizas y, para algunos, algo mucho, mucho peor".
"Cuando escuché que los duques de Cambridge enviarían a sus hijos a Lambrook School en Berkshire, sentí un escalofrío involuntario e inoportuno", escribió un exalumno. "Desde una distancia de varias décadas, recuerdo el establecimiento como un lugar frío de golpizas sádicas, intimidación, miedo, crueldad y abuso sexual infantil".
"Nunca le conté a mi madre sobre la crueldad que soporté en Lambrook", recordó. Y agregó: "El miedo y la amenaza de la violencia física no son formas de alentar a los jóvenes a desarrollarse, aprender y crecer".
Macrofalosomía real: el tamaño sí importaba en la penosa vida sexual de Fernando VII
El duque y la duquesa de Cambridge anunciaron esta semana que enviarán a sus hijos Jorge (9), Carlota (7) y Luis (4) a una escuela privada "al aire libre" cuyas 21 hectáreas de terrenos cuentan con campo de golf de nueve hoyos y varios pavos reales como mascotas.
Fundada en 1860 y ubicada en un edificio blanco de 1853, Lambrook educa a niños en su mayoría de familias con "antecedentes profesionales y comerciales" que viven a 15 minutos del sitio, según su último informe de inspección. En ella se educaron algunos de los 42 nietos de la reina Victoria en el siglo XIX.
El cambio de escuela costará a Guillermo y Kate casi 60 mil dólares al año, aunque la proximidad de la escuela a Adelaide Cottage probablemente resultó ser lo que convenció a Guillermo y Kate a decidirse por Lambrook sobre otras escuelas de alto perfil.
Describiéndose a sí misma como una escuela "al aire libre" que da a sus alumnos las "plumas para volar", Lambrook es el hogar de decenas pavos reales, gallinas, corderos y conejos que viven libres y en contacto con los alumnos.
A los estudiantes se les ofrecen lecciones de apicultura y se les enseña cómo alimentar a los animales, mientras que los estudiantes desayunan miel hecha con las propias colmenas de la escuela.
El día que el rey Luis XIV puso de moda las cirugías anales en toda Francia
Los terrenos privados de Lambrook también incluyen un campo de golf de nueve hoyos, una piscina de 25 m y un pabellón y un campo de cricket de tamaño completo. La reina Victoria acostumbraba a viajar desde Windsor a la escuela para ver a sus nietos cuando participaban en los partidos de cricket.
Pero pese a las idílicas descripciones de la escuela, el autor británico Colin Mackenzie descrió sus horribles recuerdos de estar allí y dijo que se sintió "absolutamente aterrorizado" en su primer día en la institución.
"Los inviernos en Lambrook eran terriblemente fríos"
"Ese frío y gris día de enero, mi madre simplemente me dejó en la puerta con un pequeño baúl que contenía mi uniforme escolar, pijamas y equipo deportivo, y algunas pertenencias", relató.
"Una anciana matrona fea me acompañó al piso de arriba, a mi dormitorio. Fue el último cuidado o amabilidad que recibí allí. Me mostró dónde iba a dormir, en una de diez camas idénticas, cada una con su propia mesita de noche, vaso de agua y armario en miniatura".
Guillermo y Kate se mudan a una nueva casa para vivir cerca de la reina Isabel II
Mackenzie dijo que quedó "en un estado de asombro y perplejidad" cuando fue convocado a sentarse a cenar, cuando le sirvieron "la basura más repugnante que jamás había visto o probado". "Durante mis cinco años allí, nunca mejoró".
"Los inviernos en Lambrook eran terriblemente fríos", continuó en su relato. "Era común ver hielo en la parte superior del vaso de agua en su mesita de noche. Durante el día, a los niños mayores les parecía divertido sostener las manos de los niños más pequeños contra los radiadores hirvientes hasta que gritaran de dolor".
"Me golpeó con toda su fuerza en las nalgas con una fusta. Tenía siete años"
Después de que se apagaban las luces de los dormitorios, los alumnos eran convocados al despacho del director "para recibir un castigo". "Llevaba allí solo unas pocas semanas cuando recibí la llamada, por lo que me dijeron que era una inspección de libros. Como era de noche, vestía mi pijama de franela", relató.
"Como era mi primera vez, no sabía nada de lo que estaba a punto de suceder", dijo y prosiguió: "Le entregué mi libro de ejercicios de la escuela y él lo hojeó brevemente antes de contrariar mi letra y decirme que me bajara los pantalones del pijama".
La historia de Marozia, la perversa "Papisa" que instauró la pornocracia vaticana
El director lo "golpeó con toda su fuerza en las nalgas con una fusta", dijo Mackenzie. "Tenía siete años y estaba tan conmocionado por el dolor repentino que grité. Esto sólo parecía ensañarlo más. Me dio media docena de golpes, sacando sangre con cada latigazo".
"Nunca dije una palabra al respecto a mis compañeros de clase", dijo. "Pero todos los días en Lambbrook teníamos que nadar desnudos en la piscina; y es hasta ahora que me pregunto por qué estábamos desnudos".
Abusos sexuales "en aulas, pasillos y dormitorios" de Lambrook
Mackenzie asegura que que durante sus cinco años en la escuela "se hizo bajo la amenaza de violencia física y humillación"y agregó solo fue "infeliz" y "miserable" a causa de los castigos físicos. "Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que fuimos demasiado ingenuos para pensar en la gratificación sexual o el sadismo. Ni siquiera sabíamos qué era el sexo", relató.
"Afortunadamente, cuando mis cinco infelices años en Lambrook llegaron a su fin, las palizas habían disminuido lentamente", dijo y agregó: "Sin embargo, fui miserable durante todo mi tiempo allí... Y nunca perdí la sensación de terror al final de las vacaciones, cuando tenía que volver".
El desastre aéreo que golpeó a la realeza en la guerra y sigue rodeado de misterio
El sádico director que humillaba a Mackenzie, Archie Forbes, fue despedido a mediados de los años 50 por "un escándalo que fue silenciado", pero el exalumno cree que debió haber estado relacionado con la pedofilia. En los años 70 y 80, Lambrook fue escenario de decenas de casos de abusos sexuales por los cuales hubo varios condenados.
Fue famoso el caso del profesor Peter Hamilton-Leggett, quien en 2003 fue condenado a ocho años de prisión después de admitir una serie de delitos contra niños de tan solo ocho años. La investigación arrojó que hubo más de 50 episodios de abusos "en aulas, pasillos y dormitorios, e incluso mientras un maestro golpeaba su puerta exigiendo saber qué estaba pasando".
"Su modus operandi era atraer a los niños a su habitación con promesas de dulces o permitiéndoles jugar en su computadora", dijo Mackenzie. "Allí, les pediría que hicieran una 'prueba de valentía', en la que les tocaría los hombros y les pasaría las manos por el cuerpo hasta que le dijeran que se detuviera".
Muchas de sus víctimas nunca se recuperaron y padecieron muchos problemas personales, que incluyen relaciones fallidas, complejos sexuales, alcoholismo e intentos de suicidio.
Todos los detalles de la nueva casa donde se mudan Kate Middleton y el príncipe Guillermo
Las cosas parecen hoy haber cambiado en Lambrook. La guía escolar británica Talk Education la describió recientemente como una escuela "bastante bucólica" que cuenta con "una deliciosa sensación de libertad". Se asegura que la escuela tiene devoción por los "valores británicos".
"Vimos a niños dando volteretas en el campo de croquet, corriendo con bates de cricket y columpiándose de llantas viejas que colgaban de los árboles, luciendo mejillas sonrosadas y un brillo saludable al aire libre", relata la guía.
La escuela además recibió grandes elogios de los organismos de inspección, y la Inspección de Escuelas Independientes (ISI) señaló en 2018 que los alumnos de Lambrook "se convierten en individuos reflexivos, bien informados, corteses y de muy buen comportamiento" con "alta autoestima".
ds
