Todos quieren quedarse con algo de él. Mientras el mundo sigue acongojado por la partida de Gabriel García Márquez, por estas horas se está definiendo cuáles serán los lugares donde se esparcirán sus cenizas. El embajador colombiano en México, José Gabriel Ortiz, informó ayer que existe la intención de que los restos del autor de Cien años de soledad sean esparcidos en Colombia y en México, los países donde nació y vivió respectivamente. Se sabe: García Márquez vivía en suelo azteca desde comienzos de la década de los 60, pero nunca perdió su nacionalidad colombiana.
Sin embargo, la ministra de Cultura de Colombia, Mariana Garcés, dijo que su país respetará la decisión de la viuda del escritor, Mercedes Barcha, y de sus dos hijos, en caso de que anuncien que las cenizas se quedarán en México. Por el momento, los restos de García Márquez se encuentran en la funeraria García López, ubicada en el barrio de Pedregal, donde residía el escritor. Allí un cordón de cerca de cuarenta policías custodia los restos. La familia de Gabo ya anunció que serán cremados en forma privada. Para mañana está previsto que se realice un homenaje nacional en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, donde se espera la visita del presidente Enrique Peña Nieto y de su par colombiano, Juan Manuel Santos. El embajador colombiano confirmó que él mismo y el director del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar, recibirán ese día las cenizas de García Márquez que le entregará la familia, y harán la primera guardia de honor.
Cuna. El escritor, quien falleció el pasado jueves en México, había sido visto públicamente por última vez el pasado 6 de marzo, cuando celebró sus 87 años en su residencia, en el barrio Pedregal de San Miguel. Hasta el día de ayer continuaban acercándose cientos de seguidores para dejar ofrendas florales como símbolo de reconocimiento.
Sin embargo, el punto de encuentro que está convocando más gente es la casa donde nació, en Aracataca, un pueblito caribeño ubicado al noroeste de Colombia, a 670 kilómetros de Bogotá. El viernes, Tufith Hatum, la máxima autoridad del lugar, expresó su deseo de que sea ése el lugar donde sean esparcidas las cenizas del escritor. En más de una oportunidad, el propio García Márquez habló de ese lugar como una primera fuente de inspiración, por ser el sitio donde sus abuelos le leían de pequeño los primeros cuentos.
Lo cierto es que esta casa siempre fue un lugar representativo para los turistas de todo el mundo. Ahora, con la muerte del escritor, se ha convertido en una especie de “santuario” que desde el jueves ha recibido un número significativo de visitas. García Márquez salió de Aracataca en la década de 1940 para estudiar en Bogotá y después trabajar como periodista en Colombia y otros países. El Nobel de Literatura había visitado su pueblo natal por última vez el 30 de mayo de 2007 tras 24 años de ausencia. Llegó en un tren que partió de la ciudad de Santa Marta para inaugurar lo que las autoridades locales denominaron en aquel entonces como la Ruta de Macondo. Gabo viajó acompañado de su esposa, sus hijos y sus amigos más cercanos, y fue recibido por un gran grupo de lugareños.
La muerte del escritor ha marcado el pueblo de Aracataca. La Municipalidad decretó cinco días de duelo por su muerte, dos días más que los establecidos a nivel nacional por el presidente Juan Manuel Santos, quien ordenó que las banderas de Colombia sean izadas a media asta en las edificaciones públicas.
Allí también ya se están preparando varios homenajes. “Vamos a hacer el próximo lunes un sepelio simbólico que va a partir desde la Casa Museo de Gabriel García Márquez, pasando por la estación del ferrocarril hasta la iglesia de San Jorge de Aracataca”, anunciaron el viernes las autoridades.