Linda Barras, la quinta mujer del polémico dueño del fútbol

Está envuelto en uno de los escándalos de corrupción más importantes del fútbol mundial –fraude masivo, organización mafiosa y blanquéo de dinero– y aún así volvió a consagrarse por quinta vez como presidente de la FIFA en el congreso que se realizó ayer. Allí, Joseph Blatter, de 79 años,  no sólo llegó sonriente y relajado como si nada malo pudiera sucederle sino que, además, lo hizo acompañado de una mujer: su actual novia,  28 años más joven que él.
Se trata de Linda Barra, una empresaria de 51 años de origen armenio que tuvo su presentación oficial en la Gala del Balón de Oro en 2014. Pero fue ella quien ayer también fue seguida por los medios. Y seguramente también por Christian Barras. Este es el agente inmobiliario que llevó a Linda Gabrielian al altar en 1998 convirtiéndola en Linda Barras.  
Lo cierto es que pese a que la empresaria se muestra junto a Blatter sonriendo e intercambiando mimos, legalmente aún sigue casada. De hecho, cuando el año pasado ella apareció públicamente sacando de la soltería a Blatter, los medios ubicaron al marido de Linda y le consultaron al respecto. Y éste se limitó a responder: “No sé nada de eso, seguimos casados. Que yo sepa, ella fue a la gala porque conoce a la sobrina de Sepp Blatter”.
Más tarde se extendió para una entrevista con el diario inglés Daily Mail: “Blatter era un amigo de la familia desde hacía años y defendía a Linda como una gran esposa y la perfecta madre para nuestros dos hijos”. Pero luego Cristian se llamó al silencio.
Linda es una de las tantas mujeres que Blatter supo conquistar. El empresario cuenta con tres matrimonios. El primero, con Liliane Biner, madre de su hija Corinne;  el segundo con Barbara Käser, fallecida en 1999;  y más tarde con la entrenadora de delfines Graziella Bianca. Luego, Blatter hizo pareja con la polaca Ilona Bogusca con quien no fue al altar pero sí mantuvo su relación hasta 2008. Ahora es Linda quien acompaña al polémico empresario, y por cómo se mostraron ayer en Zurich, la pareja parece consolidada.