Coronas, lluvia y protestas: los 10 momentos clave de la coronación de Carlos III y Camilla
El esplendor de una ceremonia ancestral se combinó a la perfección con toques modernos, impuestos por un rey necesitado de popularidad. No faltaron el mal clima típicamente inglés y las manifestaciones.
Coronación Carlos III |
agencia AFP
Carlos III fue coronado este sábado, 6 de mayo, en la abadía de Westminster como rey de Gran Bretaña y sucesor de Isabel II en la primera ceremonia formal de coronación celebrada en 70 años en el país.
El monarca inauguró formalmente el reinado en la Silla de Coronación tras la unción privada del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en la culminación de una ceremonia que contò con la presencia de más de 2.000 invitados.
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Entre los asistentes se encontraban decenas de dignatarios internacionales, del Gobierno y la oposición británicos, además de artistas y personalidades de la cultura británica e internacional.
Carlos III de Inglaterra, de 74 años de edad, ostentó por primera y última vez en su vida la corona de San Eduardo, hecha en el siglo XVII para Carlos II y sucede así a su madre, la monarca más longeva en más de 1.000 años.
1. Una familia real reducida saludó desde el balcón del palacio
Después mediodía de Londres, cuando las lluvias no se habían apaciguado, los reyes y la familia real británica salieron al balcón principal del Palacio de Buckingham después de las 14:00 para saludar a la multitud y ver pasar un vuelo de la Royal Air Force.
El rey eligió a 15 miembros de la familia real para acompañarlo en la aparición, entre los cuales no estuvieron ni su hijo Harry ni su hermano, Andrés, porque ya no son miembros trabajadores de la monarquía. Meghan Markle, la esposa de Harry, se quedó en Estados Unidos con sus hijos.
2. Multitudes en las calles: algunos de fiesta, otros de protesta
Miles de personas tiñeron las calles del el centro de Londres de los colores rojo, blanco y azul el sábado, con un mar de banderas Union Jack y coronas de cotillón para celebrar la coronación.
Si bien el servicio de coronación fue en sí mismo un asunto sombrío y sobrio, una atmósfera de celebración llenó la capital británica y más allá, a pesar del clima húmedo.
En The Mall, en las afueras del Palacio de Buckingham, los fanáticos reales más fervientes dieron comienzo a la fiesta horas antes de que comenzara la ceremonia, y algunos acamparon durante días para asegurar un lugar privilegiado.
Mientras la procesión real pasó camino a la Abadía de Westminster, miles de brazos se levantaron mientras la gente capturaba imágenes del rey con sus teléfonos móviles.
Pero no todos estaban de humor para celebrar, con decenas de manifestantes republicanos, muchos vestidos de amarillo y ondeando pancartas que decían "No es mi rey", reunidos en Trafalgar Square.
"Estoy aquí porque quiero protestar contra esta monarquía obsoleta, quiero protestar porque no deberías ser jefe de Estado en función de quién naciste", dijo la republicana Jane, de unos 30 años.
Horas antes, la policía metropolitana de Londres arrestó a varios organizadores del grupo antimonárquico Republic, en una acción denunciada por Human Rights Watch como draconiana y "alarmante".
Encuestas recientes indican una disminución del apoyo a la realeza, especialmente entre los jóvenes, pero muchos monárquicos de todas las edades asistieron el sábado, incluido el londinense Caba Mendes, de 21 años.
3. El desfile militar más grande viste en Reino Unido en siete décadas
El desfile militar de regreso al palacio fue del doble del tamaño del funeral de la reina Isabel II, en lo que representa el operativo militar más vasto en 70 años.
La procesión incluye a 6.000 miembros de las Fuerzas Armadas de todo el Commonwealth y los Territorios Británicos de Ultramar, y todos los Servicios de las Fuerzas Armadas del Reino Unido, junto con el Guardaespaldas del Soberano y los Watermen Reales.
Unos 4.000 marineros, soldados, aviadores y otro personal militar de todo el Reino Unido y la Commonwealth escoltaron a los reyes en su regreso al palacio. Más de 1.000 miembros del ejército, la fuerza aérea y la armada bordearán la ruta de la procesión.
4. Las procesiones del rey: un viaje al palacio poco confortable
Terminada la ceremonia, Carlos III y Camilla abandonaron la abadía de Westminster rumbo al palacio de Buckingham en el imponente carruaje estatal dorado (Gold State Coach), del siglo XVIII.
Se trata del carruaje que utilizó la fallecida en su coronación la reina Isabel II hace 70 años.
Seis décadas después, la reina confesó en una entrevista que viajar en el carruaje dorado era "horrible", probablemente debido a que el vehículo estaba suspendido con correas de cuero y no tenía resortes.
El carruaje, que no tiene ventanillas con lunetas eléctricas, ni calefacción o amortiguación, fue terminado en 1762, tiene 7 metros de largo, pesa 4 toneladas, y necesita que tiren de ella ocho caballos en lugar de seis.
El hermoso carruaje está hecho de madera, con una capa de pan de oro pintada en la parte superior. Cuenta con paneles pintados de dioses y diosas romanas, mientras que tres querubines en el techo simbolizan Inglaterra, Escocia e Irlanda.
El interior del Gold State Coach es igual de impresionante, con los asientos tapizados y forrados con el terciopelo y el satén más finos, dignos de un rey y una reina.
Martin Oates, restaurador de carruajes de las caballerizas reales, que caminó detrás del carruaje en la procesión de coronación para actuar como el "hombre de frenos", dijo: "Cuando lo estás siguiendo, puedes escucharlo crujir, por lo que suena como un viejo galeón avanzando".
5. Camilla fue coronada con la corona de la reina María
El gobierno de Transvaal se lo regaló al rey Eduardo VII en su 66 cumpleaños en 1907 como gesto de reconciliación tras la Segunda Guerra de los Bóers (1899-1902).
La reina Camilla también recibió un cetro de marfil durante la ceremonia, a pesar de los llamados a no usarlo por parte de los grupos de derechos de los animales.
El bastón, rematado por una paloma, fue utilizado por todas las reinas consortes en coronaciones anteriores desde 1685. También llevará un cetro de oro coronado por una cruz.
6. El juramento del pueblo al rey
Todos los británicos fueron llamados a jurar lealtad al rey Carlos III en su coronación , un juramento durante siglos reservado para la nobleza británica.
Durante el "Homenaje del pueblo", el arzobispo de Canterbury llamó a todas las personas en el Reino Unido y otros lugares donde el rey Carlos es el jefe de estado para jurar lealtad.
El arzobispo invitó a "todas las personas de buena voluntad del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, y de los demás reinos y territorios, a rendir homenaje, de corazón y de voz, a su indudable rey, defensor de todos".
El orden del servicio dice: "Todos los que así lo deseen, en la abadía y en otros lugares, digan juntos: Juro que prestaré verdadera lealtad a Su Majestad y a sus herederos y sucesores de acuerdo con la ley. Que Dios me ayude".
7. El príncipe Guillermo prometió lealtad en el "juramento de sangre real"
Hijo mayor de Carlos y la difunta Diana, el príncipe Guillermo es ahora el heredero al trono, y como tal debió rendir una promesa de lealtad a su padre.
Antes duque de Cambridge y ahora príncipe de Gales, Guillermo es muy popular y, junto a su esposa Catalina, dan la imagen de una pareja unida y moderna con tres hijos pequeños.
En los últimos años, asumió un papel cada vez más importante dentro de la monarquía, mientras su abuela Isabel II estaba envejeciendo y su hermano Harry se iba a vivir a California con su esposa, la exactriz estadounidense Meghan Markle.
8. Dos coronas para un rey
En el ritual de la "Coronación", el arzobispo de Canterbury colocó sobre la cabeza del rey la Corona de San Eduardo, en el momento más impactante de la ceremonia.
La pieza que corona a Carlos es de oro macizo, incluye 400 piedras preciosas como rubíes y zafiros, pesa más de 2 kilogramos y fue realizada en 1661 para la coronación de Carlos II.
Pero cuando la ceremonia culminó, los presentes vieron al rey lucir una corona diferente: la Corona Imperial del Estado, que es mucho más liviana.
Al termina la ceremonia, Carlos III utiliza la Corona del Estado Imperial, que se encargó para la coronación del rey Jorge VI en 1937 y tiene 2.868 diamantes, 269 perlas, 17 zafiros y 11 esmeraldas.
9. Un momento a solas con Dios: la unción, el ritual más sagrado y velado al público
El rey, sentado en la Silla de la Coronación, fue protegido por una pantalla elaborada para ocasión para ser ungido, bendecido y consagrado por el arzobispo.
El óleo que se utilizó para ungir al monarca es vegano por primera vez, ya que el aceite de unción anterior incluía ámbar gris de intestinos de ballena.
El óleo es libre de animales y contiene aceite de oliva perfumado con sésamo, jazmín, canela, neroli, benjuí y ámbar, así como azahar.
El aceite consagrado se administra usando una cuchara de plata dorada del siglo XII que es el artefacto más antiguo entre las Joyas de la Corona.
LaAmpolla de oro en forma de águila contiene el aceite consagrado que se usa en las ceremonias de coronación. La cabeza del águila se desprende para permitir que se vierta aceite en el recipiente.
El diseño se basa en la leyenda de que la Virgen María se apareció al santo medieval inglés Thomas Becket y le entregó un águila dorada y aceite para ungir a los futuros reyes ingleses.
10. El príncipe Jorge cumplió su papel a la perfección
A sus 9 años, el principe Jorge cumplió un rol clave en la coronación de su abuelo, en un ritual que se espera que, en el futuro, él mismo protagonice cuando ascienda al trono británico.
El hijo del príncipe Guillermo y la princesa Kate fue uno de los cuatro Pajes de Honor elegidos por el monarca para llevar el manto de la coronación, tanto al inicio como al final de la ceremonia.
Los otros Pajes de Honor del rey fueron hijos de amigos de Carlos: Lord Oliver Cholmondeley, de 13 años, Nicholas Barclay, también de 13, y Ralph Tollemache, de 12 años.
Los Pajes de Honor de la reina Camilla serán sus nietos Gus y Louis Lopes (hijos de Laura Parker Bowles) y Freddy Parker Bowles (hijos de Tom), además de su sobrino Arthur Elliot.
