PROTAGONISTAS
los looks de su visita oficial

Máxima dio cátedra de estilo y sencillez en Canadá

Una vez más, la reina de Holanda impactó con su buen gusto. Para su viaje amplió su guardarropas y en una gala estrenó un vestido fucsia que Benito Fernández le envió hace un mes. Otra vez, el diseñador argentino, elogiado.

Gala. Máxima con vestido de Benito, y su marido, en Ottawa.
| AFP

Su sonrisa rutilante y su buen gusto y estilo dieron que hablar una vez más. Esta vez, fue en Canadá, adonde Máxima de Holanda y su marido Guillermo acudieron por una visita oficial. Una que se agrega a ya dos semanas de intensa actividad protocolar. Y por eso amplió su guardarropas e incluyó otra vez un modelo del diseñador argentino que más la viste.
El motivo del viaje fue agradecer al pueblo canadiense su contribución a la liberación de los Países Bajos durante la Segunda Guerra Mundial, de la que este año se conmemora el 70º aniversario. Los reyes fueron invitados por el gobernador general David Johnston y su esposa, Sharon Johnston. La llegada fue el miércoles, y la bienvenida se realizó en el Rideau Hall de Ottawa, residencia oficial del gobernador. Luego de las formalidades, los reyes plantaron un árbol en el jardín del Rideau Hall, y la reina Máxima, aun con pala en mano, derrochó elegancia. A la soberana no se le escapó ni un detalle de su look. Lució un vestido de rayas con un toque fucsia en la pechera haciendo juego con su sobre, un sobretodo de encajes, joyas, capelina y guantes.

Para la noche de gala, Máxima volvió a elegir, como tantas otras veces, al argentino Benito Fernández. “Le mandé algunos vestidos hace un mes”, dijo a PERFIL. “El que eligió para esa ocasión es de seda natural color fucsia, de un solo hombro, con corte en la cintura y una pollera de treinta metros de flecos de seda natural en cuatro capas”. La soberana acompañó el look con una impactante tiara de pavo real, una de las joyas más preciadas por la Casa de Orange, y le sumó aros, pulsera y un importante broche.
El jueves los reyes visitaron la Universidad de Waterloo, donde se lanzó un programa de becas, y recorrieron el laboratorio. Para este compromiso, Máxima escogió un conjunto en tonos tierra, con un sombrero de clara inspiración holandesa, muy de su estilo y del de su suegra, Beatriz. Aunque Máxima, quizás por su altura, dicen las expertas, le agregó un poco de volumen al modelo. El viernes cumplieron con su último día de agenda oficial en Toronto. Allí, tras un encuentro con la primera ministra de la provincia de Ontario, Kathleen Wynne, visitaron en el distrito tecnológico a MaRS una fundación destinada a la investigación médica y otras tecnologías. Allí les mostraron varios inventos, como una bicicleta inteligente, y probaron las recién “sembradas” Tulpi Chairs, unas sillas inspiradas en los tulipanes.
Luego visitaron al equipo femenino de fútbol holandés en el Monarche. Para ese día la reina eligió un sentador vestido blanco, ajustado a la altura de la rodilla, con un cinturón dorado, estiletos al tono y capelina. Espontánea, Máxima no dudó en clavar sus tacos en el césped para saludar y posar junto a las jugadoras.