PROTAGONISTAS
vigilia por la feria

Mientras espera que la Justicia defina sobre su futuro, Flor K arma su programa de radio

La hija de Cristina no tiene fueros. como su madre y su hermano, y está procesada en dos causas. Verano en Buenos Aires, cine en suspenso y lecturas de ficción con relatos bizarros.

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Salida. Florencia saliendo de su casa el jueves con libro en mano. Estrenó tatuaje nuevo en su antebrazo. | Silvestro

De la familia Kirchner, Florencia es la que cultiva el más bajo perfil. Si bien vivió de chica la política y se movió en el círculo de la militancia cuando sus padres gobernaban este país, su presente la encuentra no tan pegada a ese mundo, que les sigue perteneciendo a su madre y hermano, Cristina y Máximo.

Entre los planes para este año, Florencia tiene pensado hacer un programa de radio,  pero aún no sabe en qué emisora. En el 2017 había participado de uno con una fuerte bajada de género llamado Basta de verso, que fue elogiado por su madre. Se sabe: Florencia está a favor de la legalización del aborto, la lucha por los derechos de la mujer y las minorías sexuales. Sería a su vez, quien habría torcido la idea de su madre, quien años anteriores estaba en contra de la despenalización del aborto.

Hacía tiempo que no se la veía. PERFIL la encontró esta semana, saliendo de su casa en el barrio de Monserrat, y según pudo saber, por ahora, no tiene pensado irse de vacaciones. Delgada igual que siempre, con el cabello un poco más rubio y un tatuaje nuevo en su antebrazo, Florencia parece querer continuar cierto camino creativo que supo cultivar en el cine, ahora, delante de un micrófono.   

El 2018 lo terminó en el Sur junto a su familia y su hija Helena, quien por estos días pasa el tiempo con su padre, Camilo Vaca Narvaja. El año pasado fue testigo de ese primer trabajo como guionista en El camino de Santiago: desaparición y muerte de Santiago Maldonado. Dirigido por Tristán Bauer, el film se presentó a mitad del año frente a un centenar de personas donde Florencia brilló por su ausencia.  

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De ahí en más, comenzaron a llevar la película por todo el país, aunque con dificultades. “Cuesta hacerlo, pagar el transporte y el hospedaje. Pero quedamos muy conformes”, contó una persona de la producción. A mediados de diciembre, Florencia recibió la buena noticia de que el documental habían ganado dos premios, entre ellos, uno al Mejor documental por el jurado en el Festival de La Habana. El plan ahora es presentar la película aún con las dificultades mencionadas, por varios puntos de la costa. Sin embargo, el cine por ahora no es algo que tenga previsto. “No tiene ningún proyecto en carpeta más que la radio”, contaron.

El documental de Santiago Maldonado fue el último trabajo en el que participó

Frentes judiciales. Si 2017 fue el año en el que Florencia Kirchner desfiló por primera vez en tribunales para ser indagada por las dos causas judiciales que la involucran, Hotesur y Los Sauces, y el 2018, en el que esas causas se encaminaron a juicio oral, este año promete ser el que marque su debut en el banquillo de los acusados. El primero de los que tiene en su frente es el de Los Sauces, en tanto que después de la feria de verano se elevará a juicio el de Hotesur. En ambos expedientes, Florencia está procesada, entre otras personas, junto a su madre y su hermano mayor. Sobre ellos pesan, entre otras, acusaciones por considerarse que integraron una asociación ilícita y lavaron dinero. A diferencia de ellos, Florencia no tiene fueros que la protejan de ir a prisión, algo que si bien por el momento parece muy lejano, o poco probable, no dejó de ser un factor de preocupación en el entorno. Embargada e inhibida, Florencia posee un extraño récord en la familia: es la primera integrante que tiene una resolución de la Corte Suprema en su haber.

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Al igual que su madre y hermano, la joven también es defendida por Carlos Beraldi, uno de los mejores penalistas de la escena local. Beraldi, reconocido por su extenso trabajo, que incluye su paso por el equipo de Carlos Arslanian, acompaña a la ex familia presidencial desde abril de 2016, cuando CFK debió dejar la tranquilidad de su refugio en El Calafate para llegar a Comodoro Py a declarar frente a Claudio Bonadio por la causa de “dólar futuro”. Fue poco después de eso que Florencia también tuvo su primer contratiempo con la Justicia. El 15 de julio de ese año, el juez federal Julián Ercolini embargó US$ 4.664.000 de una caja de seguridad en el Banco Galicia a nombre de ella, y el dinero que había en dos cajas de ahorro: US$ 1.032.144 y 53.280 pesos. Fue tras una denuncia de Margarita Stolbizer, quien aseguró que el objetivo de CFK era sacar el dinero a su nombre de la esfera de la Justicia ante el eventual embargo de sus bienes en el marco de la causa por “dólar futuro”.

Con el libro de una “evitóloga” bajo el brazo

Entre sus lecturas de verano, Florencia Kirchner eligió El marido de mi madrastra (2012), de Aurora Venturini. Licenciada en psicología, viuda del historiador Fermín Chávez, Aurora fue amiga de Eva Perón y estuvo exiliada durante la llamada Revolución Libertadora. “Cuando estaba muy enferma yo me acostaba al lado de ella. Y siempre lo mismo: ‘Aurorita, contame un cuento verde’. Soy muy buena para los cuentos verdes. Me quedaba con ella hasta la noche. Pobrecita, no daba más y seguía”, manifestó en una nota. Autora de más de treinta libros, obtuvo una larga lista de premios en la Argentina y en el extranjero. Falleció en 2015.

Florencia Kirchner: "Siempre fui muy crítica con mi mamá, con mi papá jamás"

Pero si hay algo que caracterizó a esta escritora es su estilo cargado y de humor negro. El marido de mi madrastra está dividido en dos partes con varios relatos que componen retratos familiares. Hay rarezas, deformidades y fantasmas, gatos volando en medio de tornados, niñas que nacen con un bulto negro en su cuello o el caso de una maestra que se enamora de un ventrílocuo de circo.

El hijo de la niñera, un nuevo detenido en la causa de los cuadernos

Lejos de su madre, Florencia Kirchner creció al calor del cuidado de Susana Iris Alfonso, conocida por todos como “Maquena”. Fue ella quien se hizo cargo de la crianza de Florencia cuando su padre era el gobernador por Santa Cruz y su madre, senadora por esa provincia y pasaba sus días en la Cámara Alta. La mujer se hacía cargo incluso del cuidado y supervisión de la joven cuando la familia se instaló en la Quinta de Olivos y acompañaba a Florencia y a sus amigas de vacaciones. El nombre de Maquena volvió en los últimos días a las páginas de los diarios por su hijo Isidro Bounine, el último detenido en el marco del caso conocido como “los cuadernos de las coimas”.

Fue precisamente por el vínculo de su madre con los Kirchner que Bounine, hoy de 39 años, llegó a trabajar con la ex mandataria como su secretario privado. Lo hizo después de que para ella trabajara una de sus hermanas, otra de las hijas de Maquena. En su trabajo, Isidro era un protegido tanto por la ex mandataria como por el propio Néstor Kirchner. Tal era la confianza que le tenían que manejaba con libertad el teléfono de CFK y tuiteaba desde la cuenta oficial de ella en la red social del pajarito.

Como varios secretarios kirchneristas, Bounine fue investigado por Claudio Bonadio cuando el matrimonio aún estaba en el poder. Entonces Bounine tuvo suerte. En 2010, la denuncia en su contra apuntaba a un llamativo crecimiento patrimonial que indicaba que en solo dos años había pasado de tener 15 mil pesos a más de 700 mil. Un año después, tras recibir los datos del peritaje ordenado al Cuerpo de Peritos de la Corte, Bonadio lo sobreseyó. Este martes, casi ocho años más tarde y tras la declaración del ex ministro de Hacienda de Santa Cruz, Juan Manuel Campillo, otro de los detenidos en la causa de los cuadernos, la suerte cambió para Bounine, quien debe rendir cuentas ante la Justicia sobre sus vínculos durante la era K.