Tras la plegaria musulmana del jueves, ayer Muhammad Ali tuvo la despedida que deseaba: un cortejo fúnebre que atravesó su ciudad natal, Louisville, en el estado de Kentucky, para que todos pudiesen decirle adiós al tres veces campeón del mundo e inesperado líder social, que falleció el viernes 3 a los 74 años por una infección generalizada en un hospital de Arizona, luego de más de tres deécadas de padecer de Parkinson.
El funeral comenzó a las 10.30 de la mañana y por más de dos horas el cortejo avanzó despacio por la ciudad de 600 mil habitantes del sur de Estados Unidos deteniéndose en los lugares más importantes de la vida de “el más grande”. Bajo una lluvia de flores, gritos y pancartas pasó por delante de la casa en la que creció, el Centro Ali, el Center for African American Heritage –que refleja la vida de los negros en Kentucky– y por el Bulevard Muhammad Ali. Detrás seguía al auto que trasladaba su restos una veintena de limusinas que transportaban a los hijos, nietos, familiares e invitados vip. El el actor Will Smith –quien interpretó a Alí en 2001, en una película biográfica–; y los ex campeones del mundo de los pesos pesados Lennox Lewis y Mike Tyson fueron los encargados de llevar el féretro en la ceremonia que tuvo lugar luego en la gran sala de deportes KFC Yum! Center a la que acudieron 15 mil personas. Todas con entradas gratuitas distribuidas anticipadamente por la familia del boxeador. “Estoy honrado, no tengo palabras para expresar cómo me siento de poder llevar a mi héroe, Muhammad Ali, al lugar donde descansará en paz”, dijo Lewis. “Alí siempre ha sido una enorme inspiración para mí, no sólo en mi carrera como boxeador, sino también en la vida. Su viaje empezó hace 74 años y en ese tiempo no sólo transformó el mundo del deporte, sino que usó el deporte para transformar al mundo”, sumó ante un auditorio colmado no sólo por seguidores y activistas por los derechos de los afroamericanos, sino también por más de 300 inivitados especiales. Entre ellos Arnold Schwarzenegger, David Beckham, Billy Cristal y Bill Clinton; estos últimos hablaron para los presentes. La ceremonia se transmitió en vivo por internet para que quienes se quedaron sin entradas pudiesen verla.
El jueves por la mañana Alí ya había tenido su “jenazah”, que significa funeral en árabe, en el Freedom Hall, complejo donde el ex campeón del mundo de los pesos pesados derrotó a Willi Besmanoff el 29 de noviembre de 1961. Esa ceremonia también fue abierta al público.
“Todo lo que estamos haciendo fue bendecido por Muhammad Ali”, dijo Bob Gunnell, vocero de la familia. “Quería un servicio conmemorativo que reflejara su vida y la forma en que la vivió. Quería que todo el mundo asistiera. Era el campeón de la gente y quería que la ceremonia reflejara eso”, sumó.
Hoy los restos del boxeador descansan en el cementerio Cave Hill, donde fue sepultado.