PROTAGONISTAS
la otra cara de la confesion

“No me gusta que me digan novio, prefiero pareja”

Eduard Planas tiene 44 años y se hizo famoso luego de que el cura polaco Krzysztof Charamsa contara al mundo que era gay. Dice que se considera “una persona normal que ha encontrado a otra muy especial”.

Amor. El sábado pasado en Roma, el cura Charamsa y Planas, tras contarle al mundo su historia.
| AFP

“¿Qué hace Eduard con un cura polaco? Tuvimos que mirar varias veces las imágenes para asegurarnos. ¡Es todo increíble!?”. Esta fue la pregunta que se hicieron sus amigos, cuando lo vieron junto a Krzysztof Charamsa, el religioso que la semana pasada confesó al mundo que era gay y estaba enamorado del hombre en cuestión: Eduard Planas.

 “Sabíamos que era gay por sus gestos, porque es muy amanerado, pero nunca hablaba del asunto. Tampoco lo negó”, recordó al diario español El Mundo, Oscar, un joven que compartió oficina con él.  

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“Quiero que la Iglesia y mi comunidad sepan quién soy: un sacerdote homosexual, feliz y orgulloso de mi identidad”, contaba el sábado pasado Krzysztof, pateando el tablero eclesiástico, un día antes que el Vaticano diera comienzo a una reunión mundial de prelados que debatían sobre temas como el trato a los divorciados y la familia.

El otro. Eduard Planas se desempeñó muchos años en el departamento de sistemas de varias empresas de telefonía y seguros. “Trabajaba en el sector informático, pero por sus altos conocimientos de idiomas le daban tareas de traducción. Nunca ha tenido un ego subido, ni ha sido vanidoso pese a estar más formado que sus compañeros de trabajo”, recordó un colega de tareas. “Es una persona alegre y divertida, el alma de las fiestas. Es un cachondo, alguien que siempre se ríe, alegre y parlanchín, pero a su vez es también reservado con sus cosas”, contó un amigo cercano.

Quienes lo conocen, afirman que Eduard vive este momento con felicidad aunque algo cansado de la presión mediática. Tiene ganas de empezar una nueva vida con su pareja en Barcelona, en el Gayxample, una zona en la que se concentran tiendas y bares open mind en el distrito del Eixample, donde vive desde hace años.

PERFIL se contactó con Daniel Condeminas, un amigo periodista que ejerce de portavoz de la pareja, y afirmó que Eduard no está interesado en dar entrevistas, mucho menos quería dar los detalles de su relación porque temen que esta historia se convierta en un circo.  Planas sí dejó entrever que no le gusta que le digan novio. “Prefiero chico, pareja, compañero”, dijo según se desprende de la nota publicada ayer en El Mundo.

Por el momento, Planas se muestra muy satisfecho, respondiendo los muchísimos mensajes que recibe a través de las redes sociales. “Gracias a todos el apoyo”, escribe en un post. “Lo necesitamos de verdad. Hemos recibido muchas muestras de aliento de todo el mundo. ¿Críticas?, pocas”, agrega en otro.

En la rueda de prensa que ofrecieron ambos el pasado sábado en Roma, se mostraron compenetrados en todo momento. Charamsa deseaba estar junto a Eduard para que se viera que ese amor del que hablaba “no era algo abstracto sino que tenía cara y ojos”, contó Condeminas. Según este vocero, ambos pasaron muchos nervios antes y durante la conferencia de prensa que ofrecieron en un restó romano.

Planas, más discreto,  se sinceró por lo bajo con los periodistas aquella tarde y dio a conocer algunas muestras de su amor hacia el religioso: “En estos días he visto las cosas por las que lo amo. Yo soy una persona normal que ha encontrado a otra persona muy especial”.