Todos reunidos al pie de la cama. Así, mirándolo sin que él los escuche ni vea, Adrián Suar, Guillermo Francella, Joaquín Furriel, Nicolás Cabré, Juan Gil Navarro, Gustavo “Peto” Menahem y Cristina Banegas fueron algunos de los amigos y colegas que se acercaron ayer a la madrugada a darle el último adiós a Alfredo Alcón en su casa de Palermo. Este grupo chico, sus familiares y seres queridos, eran los únicos que sabían lo mal que se encontraba. Luego de algunas internaciones médicas, el actor de 84 años venía con varias complicaciones de salud.
Las últimas horas de Alcón fueron así, entre lágrimas y besos de despedida. Cuando se hicieron las tres de la mañana, el grupo de actores se retiró ya sabiendo lo poco que le quedaba. A las dos horas, a las cinco de la mañana, Alcón falleció.
“Era un actor extraordinario. Todos los que trabajamos con Alfredo estuvimos muy conectados con él en esta última etapa, lo que también habla de cómo era él como persona”, dijo Joaquín Furriel ayer en FM Vorterix. El actor compartió escenario junto a él en Final de partida, la última obra donde Alcón hizo de director y también actuó. “Fue muy fuerte estar junto a él para darle el último adiós. Fue hermoso poder darle el beso final”, contó Guillermo Francella ayer en el programa de radio Lanata sin filtro. El actor, con quien había tejido una relación muy afectuosa en los últimos años –habían actuado juntos en Los reyes de la risa–, contó que el viernes pasado también había estado en su casa, donde, en esa ocasión, pudo conversar un rato con él. Fue el viernes pasado; Francella lo vio bien, haciendo chistes, pero con el estado de salud algo deteriorado.
“Estaba bien dentro de lo mal que se encontraba. En estos siete días hubo una involución muy fuerte. Pero estaba muy conectado, de muy buen humor, como siempre se caracterizó. Me preguntó por mis hijos, mi esposa, estaba lúcido. Siempre aconsejándome; sabía que mis hijos están dando los primeros pasos en la carrera de actuación. Me dio sugerencias”, relató Francella, quien sostuvo que, de todas formas, Alcón sabía que se estaba muriendo.
“Me parece que igual ya estaba consiente de que se estaba yendo. Cuando le di un beso y me fui, nos miramos y se le pusieron los ojos brillosos, como que me estaba despidiendo... pobrecito”.
A fines de noviembre de 2013, el actor fue internado en el Sanatorio de la Trinidad. “Alfredo no logra salir de terapia intensiva, levanta mucha fiebre y está decaído”, declaraba por ese entonces Alejandro Vanelli, su representante. En octubre de ese mismo año, había sido intervenido por problemas en los intestinos, aunque salió muy bien y se recuperó rápido. El actor recibió en aquel entonces la visita de varios amigos y familiares, entre ellos Joaquín Furriel. “Estoy lejos físicamente y estaré para siempre a tu lado, lo sabés, ¡Fuerza, amigo del alma, todos estamos a tu lado, Alfredo Alcón!”, escribía en esa oportunidad Graciela Borges en Twitter. Ayer, los vecinos de su casa contaron que en el último tiempo, pese a su estado de salud, hacía vida normal, aunque ya no se lo veía caminar por el barrio.