“No es que uno invitó al otro. Nos vemos todos los días y se dio naturalmente (…) Me pasó en este caso, pero no es normal, no me pasó siempre. Sería poco profesional. Es un trabajo raro, se juegan sentimientos y los ponés a la orden de la escena, los besos son reales y la cabeza es otra”. Estas declaraciones de Lali Espósito, de 24 años, son un fiel reflejo de una entre tantas de estas historias que tiene la televisión, aquellas que nacen en la ficción y luego se materializan en la vida real. “No podíamos seguir haciéndonos los tontos”, dijo ella, en relación con el comienzo de la historia que vive con Mariano Martínez, de 36 años, con quien protagoniza Esperanza mía.
A juzgar por las palabras de Benjamín Amadeo, ex pareja de la actriz –había dicho que ambos no estaban juntos desde la segunda semana de julio pasado–, Lali quedó con el terreno libre para comenzar una relación con Martínez desde ese momento. El actor, por su parte, venía de separarse de Julia Giambroni, a fines de julio. Como sea, desde hace tres meses ambos quedaron liberados para vivir una historia de amor de la que ellos prefieren no dar precisiones temporales. “Elegimos cuándo decirlo y eso estuvo bueno. Hubo mucha presión con eso. Estábamos cada uno en su historia y nos acompañamos. Después uno va cayendo sobre lo que siente. La fecha importante fue cuando me di cuenta de que estaba enganchada y él también”, dijo Lali.
“Hace poco, poco de verdad, estamos de novios. Menos de un mes” expresó Martínez, quien fue el primero en dar la primicia. “De todo lo que se dijo, mucho no es verdad, la mayoría de las cosas. Yo estuve solo un montón de tiempo posterior a separarme. Me llevo muy bien con ella (...) Y sí, la quiero mucho, mucho, nos llevamos muy bien”, contó.
“Estamos muy bien. Somos muy calmos y reservados los dos. Escuché críticas por algunos ‘no’ que dijimos en su momento, y muchos realmente eran ‘no’. Algunos dijeron que les habíamos mentido”, amplió la actriz, quien llegó a tener a Martínez como un ídolo de la adolescencia.
Son amores. Para Jorge Maestro, histórico autor televisivo con más de 40 años de experiencia, el caso de Martínez y Espósito es común que suceda en los elencos. “Pasa como en cualquier grupo humano de trabajo donde se comparten las horas y donde además se juega con los sentimientos, las emociones. Pasó en Montaña rusa, en La banda del Golden Rocket.... Llama la atención porque los actores están expuestos”, dice a PERFIL Maestro, quien asegura que el rating no tiende necesariamente a subir cuando surgen estos romances. Los datos están a la vista: los números de la tira son buenos –promedia 15 puntos–, no aumentaron. “Una persona puede actuar, pero aunque sea ficción no deja de ser excitante. Es seductor. El tema es si el actor sabe anular o no aquello, es decir, hay que ver qué hace con eso después, cómo le influye, en qué lo convierte”, explicó a PERFIL el sexólogo Pablo Wizenberg
