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celebro sus 72 aos

Reapareció Raúl Moneta: su familia le festejó el cumpleaños

Fue un polémico empresario surgido en el menemismo. Un problema de salud lo obligó a no salir de su casa. Se recupera con equinoterapia. Galería de fotos

Cena. Moneta (a quien Fernando Soler sostiene la mano) rodeado de su mujer y sus seis hijos.
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El lugar estaba, como suele suceder, lleno de turistas que difícilmente puedan ubicar quién era el hombre que presidiendo una extensa mesa celebraba su cumpleaños. Ni siquiera despertó curiosidad que el álma mater de Señor Tango, Fernando Soler, se acercara a saludarlo y a fotografiarse con todos ellos. Pero la noche del pasado miércoles 13 de julio allí estaba Raúl Moneta festejando su cumpleaños número 72 rodeado de su familia. Hace tiempo que no se lo veía en un lugar público.

Silencio. En una edición de la revista Noticias de mayo de 2013, el periodista Federico Fahsbender informó: “El 17 de abril, Raúl Moneta, el ex banquero estrella del menemismo devenido en uno de los aliados más inquietantes del poder K, fue internado en la clínica Fleni de Belgrano, según diversas fuentes. Los síntomas eran intensos: hipertensión arterial, incontinencia urinaria, fiebre alta. Permaneció allí tres días. No habría sido la primera vez: fuentes cercanas a la institución hablan de otras internaciones en febrero y marzo, por trastornos neurológicos con síntomas como bradipsiquia –caracterizado por la lentitud de pensamiento– y disprosexia, una alteración de la conciencia en donde se dificulta fijar la atención. (...) Tras un test, se hizo un descubrimiento inquietante: un extraño virus. El directivo de uno de sus medios apunta: ‘Lo que sabemos es que le afecta la médula ósea, ésa es la versión oficial acá. Cerró el círculo, sólo habla con sus hijos’”.

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Imposible vencer el hermético círculo familiar para obtener información. Sólo se sabe que las escasas salidas de su piso –unió dos semipisos de una torre frente a Plaza Alemania– son para realizarse algún chequeo de rutina o para ir a La Républica, la mítica estancia familiar ubicada en Luján, donde realiza equinoterapia. En este tratamiento, en resumen, utiliza al caballo como medio de rehabilitación psicofísica a través del ritmo en personas que atraviesan algún tipo de discapacidad.     

Poder. No tuvo cargo alguno durante ninguna de las dos presidencias de Menem pero fue uno de los hombres poderosos de esa década. Al banquero Raúl Moneta nunca le gustó el alto perfil a pesar de que a diferencia de los que sucedería a partir del final del menemismo, la exhibición mediática del poder no era un pecado, sino la norma.

Moneta no se exhibía como otros empresarios que vieron en la publicidad de su vida privada una forma rápida de hacerse conocidos y cimentar negocios. Pero sí ofrecía su estancia La República para que Menem agasajara a invitados internacionales. Y ese enclave de Luján era “su territorio”. Como dato de color vale recordar que Horacio Guaraní le dedicó una zamba a dicha estancia; en la grabación existente comienza arengando a sus músicos con un “Arriba,  vamos que Moneta don Raúl está esperando” y sigue: “Por la huella del alba Luján arriba/ arte ecuestre argentino, sos mi alegría/ cabaña La República que bien levantas la altivez argentina de nuestras pampas”.

Terminado el menemismo, su nombre pasó a integrar la lista de gente de la que tomar distancia aunque siempre estuvo cerca del poder. Adquisición de medios y un reclamo millonario por la expropiación de la imprenta Ciccone durante el kirchnerismo ubicaron a Moneta en el elenco de personajes polémicos. Su nombre, pero no su presencia física. Sus hijos lo reemplazaron con bajo perfil.